Un gol de Marco Asensio en el minuto 115 de la prórroga permitirá a España luchar por el oro frente a Brasil

Tokio, Japón

La Selección de España jugará la final de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, tras ganar en un partido muy sufrido a Japón gracias a un gol de Marco Asensio en la prórroga. Hubo que esperar al minuto 115 del partido para que el madridista, que salió desde el banquillo, rompiese la resistencia nipona.

Su rival será Brasil, que se impuso a México en la tanda de penaltis, de la que se libró España por muy poco. La eterna falta de goles y las dudas en algunos momentos hicieron pensar en un amargo final que les mandara a la final de consolación por el bronce.

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España empezó fallando pases, dejando a una Japón cuya máxima estrella es Take Kubo (el madridista con el que no cuenta el Real Madrid) dominando de manera totalmente inesperada. Algún intento de Oyarzabal, un Rafa Mir que se ahogó ante un Tani especialmente acertado en las salidas y la constante de que España (sea la absoluta, la sub21 o la sub23) tienen serios problemas para abrir la lata, agobiaron a los de Luis de la Fuente.

En este partido no faltó la polémica. Yoshida cometió una falta que parecía clara sobre Merino, aunque el colegiado Ortega, tras verlo en el VAR, no solo vio que no era falta, sino que había sido al revés. Este incidente descentró a los españoles, y aunque la entrada de Carlos Soler en el centro y Javi Puado fue un buen argumento, al final acabaron pidiendo la hora.

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Los mejores minutos de los de Moriyasu fueron al final, y obligaron a esforzarse a Unai Simón a falta de poco más de diez minutos para el final. Un intento de Rafa Mir, demasiado egoísta, en el minuto 88 trató de evitar la prórroga, pero no se pudo evitar.

De la Fuente hizo salir a Asensio antes, y la veteranía se notó. Aunque Nakayama rozó el gol con un disparo en el área que salió no se sabe muy bien cómo del mar de piernas de la defensa, el tanto llegó por obra del madridista en el momento más necesario: balón en el área de Oyarzabal, en el pico del área pequeña, y rosca medida al palo contrario para que Tani no llegara.

Con esta victoria, España se ganó la oportunidad de conquistar su segundo oro olímpico en fútbol, tras el que se colgó en Barcelona 1992.