No juega desde mayo porque su deseo es irse al Atlético, sin embargo, su equipo quiere venderlo a China

España.

La situación de Diego Costa se hace cada vez más difícil. Primero con el bloqueo del Chelsea y la sanción del Atlético de Madrid, que le impide inscribir jugadores hasta enero. Por esta razón, el delantero vive en una incertidumbre constante.

El brasileño lleva dos meses sin jugar, su último partido fue con España (11 de junio) y marcó un gol frente a Macedonia. Desde entonces permanece de vacaciones y alejado del club londinense después de que Antonio Conte le comunicará a través de un mensaje de texto que ya no contaba con él.

Su único deseo es volver al Atlético, donde se convirtió en un jugador de talla mundial. Costa espera ansioso un acuerdo que, a 15 días para el cierre del mercado, aún se ve lejano.

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Costa fue entrevistado en su casa en Brasil el mismo día en que Chelsea perdió en su debut en la Liga Premier. Dijo que había rechazado la petición del club londinense para volver a jugar en el equipo filial.

Sus palabras sin duda profundizarán aún más su ruptura con el club -al que acusa de haberlo tratado como un «criminal»- y que harían más amarga la primera derrota del Chelsea en su partido inaugural de la Premier League ante el Burnley.

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“Quieren que yo entrene con el filial, no tendría acceso al vestuario del primer equipo y ningún contacto con los chicos”, dijo al diario Daily Mail. “Yo no soy un criminal, no creo que sea justo después de todo lo que he hecho ser tratado de esa manera”.

Costa, que fichó en 2014 por el Chelsea procedente del Atlético de Madrid, dijo que si el club no le permitía un traspaso antes de que finalice el periodo de fichajes está dispuesto a quedarse en Brasil sin cobrar.