París, Francia
El Balón de Oro que logró Diego Armando Maradona en 1986 será subastado, después de que se lo diera por desaparecido durante décadas. La casa de subastas Aguttes, en localidad de Neuilly sur Seine (oeste de París), anunció que saldrá a remate el balón por varios millones de euros. Su actual dueño es un galerista de arte que lo encontró por casualidad.
Maradona logró este premio, que hasta mediados de los ‘90 se otorgaba solo a los jugadores europeos, por haber sido el mejor jugador de la Copa del Mundo de 1986 con Argentina. France Football, la FIFA y Adidas fueron quienes crearon esta distinción en 1982, que terminó extinguiéndose.
El balón, guardado en un cofre de un banco de Nápoles, donde jugaba Maradona, fue robado en 1989 por un grupo de asaltantes pertenecientes a la mafia, según cuenta la revista France Football.
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Desde entonces, la huella de ese Balón se perdió. Aunque la versión de varios de los que participaron en el asalto era que había sido fundido para hacer lingotes de oro, esta hipótesis perdió fuerza al conocerse que el premio no es de oro macizo, sino de latón.
Pasaron 26 años de misterio, desde 1989 a 2016, hasta que el coleccionista Abdelhamid B. lo compró, sin saber exactamente de lo que se trataba, según explicó el medio francés.
Cómo llegó a manos de este coleccionista franco-argelino
El coleccionista lo adquirió por cientos de euros junto a una caja que contenía otros premios (algunos de plástico, otros de mármol falso) en la casa de subasta Drouot-Montmartre, donde terminan los bienes que no se han vendido en el palacio Drouot, uno de los principales puntos de subastas de París.
El franco-argelino tardó varios años hasta saber que se trataba del Balón de Oro de Maradona, ya que pensó, en un primer momento, que era una distinción de básquet. Finalmente, ató cabos y logró confirmar que era el del ‘Diego’, luego de realizar dos peritajes de alta tecnología basados en los pequeños defectos que tenían los dibujos del balón.
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La ley francesa considera a Abdelhamid B. como el legítimo dueño del Balón de Oro, quien argumenta que lo adquirió de buena fe, sin saber que había sido robado. Además, sus legítimos dueños (los herederos de Maradona) no lo habían reclamado en un plazo de tres años desde que se vendió.
Así, el coleccionador tiene la puerta abierta para hacerse de una fortuna.
