Firma solo un 2,08 % de acierto, lo que le sitúa el 710º en el ranking de efectividad de los campeonatos más importantes de Europa
Madrid, España
El gol se le resiste a Cristiano Ronaldo. El portugués firma unos números inéditos para él y que le colocan como el goleador con peor efectividad de las cinco grandes ligas europeas. Cristiano solo convierte en gol un 2,08 % de sus 48 remates en Liga, lo que le coloca como el octavo mayor rematador pero en el puesto 710º del ranking de efectividad.
Solo otros tres de los 50 máximos rematadores de esos campeonatos presentan un solo tanto en sus registros y únicamente diez jugadores han sido incapaces de perforar la portería rival habiendo rematado más de 10 veces.
Los registros goleadores a estas alturas de Liga son insólitos para Cristiano desde que este llegará al Real Madrid. Solo en una temporada se quedó sin marcar en seis de los primeros siete partidos que disputó. Fue en la 2015-2016, pero aquella sequía estuvo mitigada por los cinco goles que marcó al Espanyol en la 3ª jornada.
Datos que contrastan con los registros que firmó un año antes (2014-2015), cuando marcó en sus primeros once partidos del campeonato (se perdió la segunda jornada contra la Real Sociedad por lesión).
Al entrenador y el vestuario no les molesta la frialdad de Cristiano
Visto desde fuera, sin conocer a fondo al personaje, Cristiano Ronaldo queda como un futbolista egocéntrico e irrespetuoso. Incapaz de ser feliz porque un compañero marque un gol y, lo más importante, por cerrar una victoria que era necesaria para despejar las dudas de una crisis.
Quienes le conocen mejor no le dan la más mínima importancia. En el vestuario no molesta. Mucho menos a su entrador que Cristiano ponga cara de enterrador cuando marca otro futbolista. Es su forma de ser. Lo entienden como un acto de rebeldía consigo mismo. Como un gesto de inconformismo. Como una reacción de ambición. De puertas para adentro, se alegró del gol de Isco. En Wembley se encargó de recordar que hace más cosas que marcar goles. Pero de cara al exterior, los aficionados se quedan con un Cristiano poco generoso.