El diario francés L’Equipe insiste en el distanciamiento entre la estrella brasileña y el entrenador del conjunto parisino

Paris, Francia

El diario L’Equipe lleva a su portada la mala relación existente entre Neymar y Unai Emery. Titula: «Un abismo entre ellos». El brasileño llegó del Barcelona con la vitola de estrella previo pago de su cláusula de rescisión al Barcelona (222 millones de euros). Sin embargo, en el PSG, invicto en todas las competiciones, no está teniendo todo el protagonismo que se esperaba de él, a pesar de que en el terreno de juego está rindiendo a muy buen nivel con once goles y nueve asistencias en doce encuentros.

Y es que según avanzan las semanas, la tensión entre el fichaje del club parisino y su técnico se agrava. El rotativo francés explica que ese distanciamiento se ha manifestado en varias ocasiones desde su llegada. Por supuesto, la polémica de los lanzamientos a balón parado con Edinson Cavani fue la más sonada (en esta ocasión Thiago Motta, Thiago Silva y Dani Alves tuvieron que mediar para solucionarlo), pero ha habido otros episodios, como el día que el técnico español le prohibió entrenarse con la intención de que descansara cuando el jugador quería ejercitarse en el campo y se marchó enfadado dando un fuerte pelotazo contra una pared.

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Se llegó a comentar incluso que el jugador no mostraba demasiado interés durante las sesiones de vídeo, cosa que desmintió su técnico. «En su actitud corporal también, él es muy claro. A veces, con un gesto de la mano, o con una mirada muy negra, le deja claro al entrenador que no quiere oírlo, que es necesario dejarle solo «, relatan sobre la atmósfera que hay entre el español y su futbolista estrella.

El problema es que la situación continúa agravándose día a día y el brasileño se esconde cada vez menos a la hora de manifestar su desacuerdo con el entrenador en cada una de sus decisiones. Por último, L’Equipe deja caer que Emery nunca ha dirigido a un plantel con tantas estrellas y que le costaría hacerse con el vestuario por ese motivo. Finalmente, concluyen con que los resultados camuflan el ambiente en París: «Invicto en todas las competiciones, el club de la capital navega en la ola de felicidad desencadenada por las llegadas de Neymar y Mbappé. En términos psicológicos, por otro lado, el vestuario parisino no se distingue necesariamente por una inmensa serenidad».