En un partido de locura, Francia logró imponerse en una final de seis goles en Moscú

 

Moscú, Rusia

El infortunio y la polémica arbitral no estuvieron de lado croata. Se esperaba un partido cerrado pero las circunstancia y la contundencia francesa desequilibraron la final de la Copa Mundo Rusia 2018.

Al minuto 17, Griezmann vendió una falta cerca de la frontal del área, él mismo la cobró buscando la cabeza de sus compañeros, no obstante encontró la de Mario Mandzukic, el héroe de la semifinal se convería en el villano de la final con su gol en contra.

La respuesta de los croatas se puso a prueba durante todo el Mundial y ahora tenían un nuevo reto. Siempre aparece Perisic, en una jugada forzada de tres cabezazos, el esférico le quedó al atacante que se hizo el espacio para rematar estupendamente el empate.

Ahora le tocaba el turno a Néstor Pitana. No todas las manos dentro del área son penal, sus interpretaciones serán siempre tema de polémica al margen del VAR. En un centro la pelota le pegó a Perisic en la mano, el colegiado consultó el vídeo y marcó penal. De nuevo, Perisic como Mandzukic, de héroe a villano. Griezmann cobró el segundo y se encaminaba el partido.

En el complemento, Francia apretó el acelerador como con Argentina. Paul Pogba y Kyllian Mbappé  fueron certeros y prácticamente aniquilaron la final. Equipo que sabe golpear en los momentos justos, aprovechando la juventud vigorosa que esta aún muy inmadura en la Euro, ahora no tienen excusa.

Croacia soñó porque Hugo Lloris se lo permitió. En un error craso que recordó a Willy Caballero, Mandzukic no dejó ir la chance para acercar a Croacia a la proeza.

Pero los tiempos los maneja Francia, supó aguantar y esperar el momento cumbre en el que Pitana indicó el final que los consolida como campeones del Mundo.

Deschamps emula a Beckenbauer como las figuras que lograron ser campeones dentro y fuera de la cancha.

Griezmann, Pogba, Kante, Mbappé, Tolisso, Pavard y el resto de la generación dorada, no dejaron ir su chance, son campeones del Mundo.