El presidente del Barcelona fue apuntado por el deseo de Messi de dejar el club. Fue apuntado por no tener un plan que lleve a la institución culé al éxito
Barcelona, España
Encumbrado para sorpresa general en 2015 y objeto de críticas desde todos ámbitos del FC Barcelona en 2020: el presidente culé, Josep Maria Bartomeu, presenta un mandato con un balance mediocre, pero puede sacar pecho tras haber ganado el pulso que mantenía con la superestrella Leo Messi.
El ejercicio 2019-2020 habrá sido el del derrumbe para el Barça, pero más aún para su presidente. Y no solo por la ausencia de títulos o porque la liga se la llevase el máximo rival, el Real Madrid, sino por la humillación ante el Bayern Múnich (8-2) en cuartos de final de la Champions.
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Desde enero de 2020, Bartomeu, de 57 años, es objeto de todas las críticas: la designación de Quique Setién para sustituir a Ernesto Valverde no fue del todo entendida por la afición culé, que se ilusionaba con el regreso de la leyenda Xavi Hernández.
Desde entonces, el empresario catalán de 57 años, socio del Barça desde los once, y antiguo directivo del club, acumula caceroladas en su contra.
En febrero, el club tuvo que salir a desmentir que se hallaba detrás de una campaña de desprestigio en las redes sociales hacia las figuras del club, con el objetivo de mejorar la imagen del propio presidente.
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El Barça también pagó un millón de euros en seis facturas distintas a la empresa I3 Ventures, para evitar tener que pasar por el voto de los socios, que deben validar todo contrato superior al millón de euros. Todavía sigue en curso una investigación judicial por sospechas de corrupción, puesto que el monto acordado es seis veces superior al precio de mercado…
En marzo, en plena pandemia de coronavirus y con el club haciendo frente una grave situación económica, seis miembros de la directiva presentaron su dimisión por sus discrepancias con Bartomeu.
Llegado desde el básquet
A pesar de ocupar un asiento eyectable en el palco del Camp Nou, Bartomeu supo lidiar con anteriores crisis sin claudicar, y ahora, su postura hizo prevalecer el interés del Barça sobre el de Messi, quien sin embargo contaba con el apoyo de los aficionados a pesar de su voluntad de abandonar el club.
El dirigente catalán tropezó varias veces en su gestión y en la comunicación, ya fuera hacia los jugadores (Messi afirmó que el presidente «no le prestó atención» y que «no mantuvo su promesa») o hacia la masa social (como cuando acusó a los jugadores de no querer bajarse sus salarios durante el confinamiento, antes de que ellos mismos anunciasen que aceptaban ayudar al club).
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Director general de la multinacional Adelte, especializada en ingeniería de puertos y aeropuertos, Bartomeu dio sus primeros pasos en la dirección del Barça en las secciones de baloncesto y balonmano, cuando formaba parte junto a su amigo Sandro Rosell del equipo del presidente Joan Laporta.
Una primera experiencia más bien breve, ya que Bartomeu dimitió dos años después, en 2005, a causa de desacuerdos con el presidente.
Pero en 2010, cuando Rosell montó una lista con Bartomeu como número 2, y ganó las elecciones con el 61% de los votos, se convirtió en nuevo vicepresidente culé.
Investigación judicial
En enero de 2014, Rosell, bajo una investigación judicial por el traspaso ilícito de Neymar procedente del Santos en verano de 2013, optó por dimitir, y Bartomeu asumió la presidencia de forma interina.
En julio de 2015 fue elegido con el 54% de los votos, superando al propio Laporta. Fue el epílogo de un año 2015 triunfal en el que el Barça del tridente Messi-Neymar-Suárez logró el triplete Liga-Copa-Champions.
Pero desde entonces el Barça se estrelló en cuatro ocasiones en cuartos de final de la Champions, y una vez en semifinales (3-0, 4-0 contra el Liverpool en 2019). Una situación que disparó la tensión en la grada, y en el vestuario, con Messi al frente.
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Bartomeu trató de iniciar la revolución del Barça: destituyó al incomprendido Quique Setién, hizo volver al héroe de la Champions-1992 Ronald Koeman, y adelantó las próximas elecciones a la presidencia del club, de junio a marzo de 2021.
Pero este padre de dos hijos de perfil discreto está amenazado por una posible moción de censura, y deberá gestionar en octubre una asamblea general que se anuncia agitada. Y en la que de poco podría servirle su victoria provisional en el pulso con Messi.