Los aficionados del Bayern Múnich dieron todo un ejemplo de comportamiento. Al término del partido y con las gradas del Santiago Bernabéu vacías, los alemanes esperaban su turno para abandonar el campo. En esos momentos, Toni Kroos junto a su hijo, saltó al césped para jugar con un balón.
Desde las gradas un espontáneo aplauso comenzó tras un chut a portería del pequeño Kroos, que encontró respuesta unos segundos más tarde, con el jugador blanco riéndose al ver a su hijo responder con un aplauso. Algunos ‘olés’ desde el graderío, fotografías de un padre orgulloso y una carrera final hacía túnel de vestuarios, pusieron el cierre al tierno momento.
Muestras de deportividad que resaltan la sana rivalidad que existe entre dos clubes históricos de la Champions League.
Toni Kroos ha apreciado el gesto y ha subido otro vídeo desde su perspectiva, en la que su hijo saluda a la grada y marca un gol. Final feliz en el Bernabéu.