A Nikki Bradley le diagnosticaron Sarcoma de Ewing a los 16 años. Por esta rara forma de cáncer en los huesos tuvieron que reemplazarle la cadera en dos ocasiones. Su movilidad se vio reducida, pero eso no le impidió, a sus 30 años, emprender una gran aventura: escalar montañas, primero en su natal Irlanda y después del resto de Europa.
Como ella misma lo explica no lo hace sola, sino en compañía de profesionales y con la ayuda de sus dos muletas que son las protagonistas de la mayoría de sus escaladas y videos. «Puedes hacer lo que quieras hacer, solo tienes que creer en ti mismo».