Pese al impetuoso arranque del Atlético de Madrid en la despedida europea del Vicente Calderón, el Real Madrid hizo realidad el guión esperado y se clasificó para la final de la Champions del 3 de junio. El 3-0 de la ida fue demasiado para el conjunto de Diego Simeone, que sólo pudo vencer por 2-1 en la vuelta. El balance de la eliminatoria deja a los blancos a las puertas de poder levantar por segunda vez consecutiva la máxima competición europea, lo nunca visto desde el cambio de formato que se puso en marcha en 1993. La Juventus de Turín será el último escollo.
En clave barcelonista, un triunfo del Madrid en la final de Cardiff, después de los de Lisboa (2014) y Milán (2016), aislaría la Champions del Barça de Luis Enrique en 2015 y enterraría el debate sobre la hegemonía continental. El problema de los azulgranas, que acumulan dos cursos cayendo en los cuartos de final, es que cuando no han ganado en Europa lo ha hecho su eterno rival. No ha habido alternativa en otros equipos. Sólo la Juve puede cambiar la tendencia.
El Barça aún conserva opciones en la Liga y es muy favorito en la final de Copa. Revalidar el torneo doméstico sería motivo de alegría por haberle remontado muchos puntos al Madrid en la clasificación. Pero alegría a medias en caso de Duodécima. Muy pendiente del desenlace de la temporada está Leo Messi, que está a un paso de renovar su contrato con el Barça. El argentino es consciente de que el resultado de la final de la Champions puede amenazar su reinado como mejor futbolista de la última década. Básicamente porque Cristiano Ronaldo, la estrella del Madrid, podría igualarle en dos registros estratosféricos.
Si el portugués triunfa en Cardiff, sumará nada menos que su cuarta Copa de Europa algo de lo que sólo pueden presumir Messi y algunos más. Levantó la orejona de 2008 con el Manchester United (contra el Chelsea) y luego celebró dos más frente al Atlético de Madrid. Cristiano, por cierto, va por la quinta final de Champions de su carrera (la de 2009 también la jugó y la perdió ante el Barça). Ya son dos más de las que ha disputado Messi en su trayectoria profesional.
Asimismo, si el Madrid gana la Duodécima, todo apunta a que el 10 azulgrana se vería igualado en Balones de Oro por Ronaldo, que actualmente está con cuatro galardones y tiene argumentos de sobra para volver a repetir. Ambos jugadores comandarían en solitario el ránking por encima de Cruyff, Platini y Van Basten, que en su día ganaron tres. Messi puede compensar el berrinche con la Bota de Oro. Sería la cuarta, las mismas que lleva precisamente Cristiano.