En la Alemania Oriental sigue habiendo gente que se siente diferente a sus compatriotas de occidente. El fútbol es una vía de escape y la afición más radical del Dynamo Dresden, que milita en la segunda división, es una de las que más hace notar sus amargas quejas.
Afortunadamente, y aunque siguen siendo una de las aficiones más belicosas, su actitud ha cambiado en los últimos años. Han dejado atrás las peleas y reivindicaciones a base de sangre, y han acentuado el ingenio y la creatividad. La última idea que han tenido los hinchas del SGD ha dado la vuelta al mundo.
Para dejar de manifiesto su tremendo enfado con la Federación alemana, en el último partido que jugaba su equipo fuera de casa esta temporada, los aficionados del Dresden desplazados a Karlsruher lo hicieron de una manera insólita: vestidos de camuflaje y con las caras pintadas. Como si de una marcha militar se tratara, hicieron tocar sus tambores y lanzaron bombas de humo. Dentro del propio estadio, la protesta continuó.
Bengalas, cánticos y un tifo contra la DFB, en la que le declaraban, metafóricamente, la guerra. Unas quejas que no han dejado indiferente a nadie.