Dominic Thiem terminó en Roma con la dilatada racha de triunfos de Nadal. El joven austriaco, que había perdido consecutivamente ante el zurdo las finales de Barcelona y Madrid, se impuso en cuartos de final por 6-4 y 6-3, en una hora y 51 minutos. Después de ganar por décima vez en Montecarlo y en el Conde de Godó y por quinta ocasión en Madrid, y de acumular 17 victorias consecutivas, el gran dominador de la arcilla cedió en el Foro Itálico. Será Thiem quien se mida en semifinales al vencedor del partido entre Djokovic y Del Potro. Siete veces campeón en Roma, Nadal cae por tercer año consecutivo en cuartos de final. Se trata de su primera derrota desde el pasado 2 de abril, cuando perdió con Federer en la final de Miami.
En la tercera cita en los tres últimos torneos, Thiem varió el guión. Esta vez no estaba dispuesto a admitir largos intercambios, los propios de la superficie. En la medida de sus posibilidades, que se suponían disminuidas después del duro partido con Querrey, que acabó más allá de las nueve de la noche del jueves y en el que neutralizó tres bolas de partido, iría más directo a por los puntos. Curiosamente, algo similar sucedió la pasada semana en Madrid. El austriaco apareció en la final después de concluir más allá de la medianoche anterior su encuentro con Pablo Cuevas y con el certificado de resiliencia de haber escapado de cinco “match points” en octavos, ante Dimitrov.
La fórmula le funcionó. Decidido a proteger su revés, logró encadenar una sucesión de derechas homicidas, que contaban con el aval previo de su magnífico servicio. Así se fue hasta una ventaja de 5-1 en el primer set, que se reveló suficiente pese a que el español estrechó la distancias al lograr su primera ruptura. Vencedor ante Thiem, en las finales del Conde de Godó y del Mutua Madrid Open, en ambos casos sin ceder un set, si bien en la cita más reciente con más dificultades, Nadal cometió errores en el décimo juego, cuando a su rival empezaba a pesarle la proximidad del éxito parcial.
Campeón a principios de temporada en Río de Janeiro, Thiem, de 23 años, mantiene sus evidentes progresos. El duelo contra Nadal lleva camino de convertirse en un clásico de la arcilla. En Madrid, el austriaco, semifinalista del último Roland Garros, demostró arrestos cuando se le auguraba un deceso más rápido después de perder un primer set de una hora y 18 minutos en el desempate. Planteó mucha mayor oposición que en Barcelona. Si bien ya venció a Nadal el pasado año en semifinales de Buenos Aires, en Roma ha dado un paso más en una dirección que no parece vaya a tener marcha atrás.
Logró un ‘break’ definitivo en el séptimo juego del segundo set, donde no bajó un ápice su pujanza. Fuerte, otra vez, de cabeza, sofocó a continuación tres bolas de Nadal para igualar a cuatro. Estaba claro que su envite iba en serio. Con un tenis valiente, de una extraordinaria violencia en cada uno de sus golpes, quebró de nuevo a continuación y se convirtió en el gran protagonista del torneo. Detuvo a Nadal, con bien ganada reputación de casi invencible este curso sobre arcilla.