La Federación China de Fútbol (CFA) aprobó un impuesto del 100 % a los fichajes de futbolistas extranjeros por equipos de la Superliga, efectivo a partir del período de traspasos de verano, que arranca el próximo mes de junio.
Esta medida intenta evitar que los clubes “inflen los precios” de jugadores extranjeros y “busquen éxitos a corto plazo”, reza el comunicado publicado por la CFA, que destinará lo recaudado a “la formación de futbolistas jóvenes, la promoción de este deporte y las actividades benéficas a través del fútbol”.
La medida, que afectará a los clubes que estén endeudados, les obligará a abonar impuestos por importe del valor íntegro del fichaje de un jugador extranjero: por ejemplo, si el Shanghai SIPG volviese a acometer una operación como la que trajo a China al brasileño Oscar, debería pagar 70,4 millones de euros a la CFA, con lo que el coste total se dispararía a 140,8 millones.
Esto podría significar el fin de los traspasos multimillonarios en la Superliga china, que ha visto cómo se disparaba su influencia global en los últimos dos años a base de fichar estrellas internacionales a cambio de elevadas sumas de dinero.
Asimismo, el máximo organismo del fútbol chino aprobó otra medida que entrará en vigor en 2018 y obligará a los equipos que compitan en Superliga, China League One (la segunda división) y Copa a hacer jugar al mismo número de jugadores sub-23 que extranjeros en todos los partidos.
Estas reglas han provocado descontento y protestas entre los aficionados e incluso entre los jugadores profesionales del país asiático, como es el caso del defensa del Wuhan Zall Zhang Yaokun, que indicó que “la Superliga se va a convertir en una liga para jugadores sub-23”.