El nadador norteamericano simuló un asalto durante los Juegos Olímpicos, provocando una grave sanción

Estados Unidos

El nadador estadounidense Ryan Lochte consideró suicidarse tras el escándalo que provocó en los Juegos Olímpicos de Río. Denunció a las autoridades brasileñas un falso asalto. 

Lochte junto a sus compañeros Gunnar Bentz, Jack Conger y James Feigen, dijeron haber sido asaltados a punta de pistola en una estación de policía. Pero todo fue mentira. Los atletas causaron destrozos en la estación de gasolina, a la que llegaron borrachos después de haber estado en una fiesta privada.

Con esta versión pretendieron justificar con esa versión los excesos de una noche de juerga. La policía brasileña determinó que había fabricado en gran medida la historia, y las autoridades  estaban furiosas.

Como consecuencia de su engaño, el ganador seis medallas de oro en Río, perdió varios contratos publicitarios y fracasó en algunos proyectos televisivos en los que fue contratado. 

El deportista habló sobre la depresión que sufrió tras el escándalo, «un momento en el que llegue a pensar en el suicidio», dijo el 12 veces medallista olímpico.

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“Después de Río, probablemente fui la persona más odiada del mundo. Hubo momentos en los que estaba llorando, pensando: si me voy a la cama y nunca me despierto, bien. Estaba a punto de colgar toda mi vida”, dijo.

En su momento, Lochte, considerado un astro detrás de Michael Phelps, se disculpó por lo ocurrido. El Comité Olímpico de Estados Unidos lo sancionó con 10 meses sin competir, por mentir sobre este incidente. Terminará a finales de este mes con la suspensión.

Ahora su vida ha cambiado. Se mudó a Los Ángeles y su esposa, la modelo de Playboy Kayla Rae Reid espera su primer hijo. Además entrena  intensamente para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, en donde tendrá 36 años.