Hoy en día se utiliza un combustible muy similar al que utilizamos a nuestros automóviles
Aunque al principio de la Fórmula 1 no era así, ya que utilizaban elementos químicos como el alcohol, benceno y hasta incluso carburante de avión, De hecho, la mezcla de carburante de la F1 primitiva era tan potente que el motor de los vehículos tenía que ser desmontado y depurado con gasolina ordinaria después de cada carrera para evitar así que se corroyese.
Actualmente, la Fórmula 1 busca innovar creando motores que prioricen su durabilidad y fiabilidad. Para eso, cada escudería desarrolla su propio combustible incluyendo aditivos que mantengan limpias las partes móviles del motor, para así alargar y mejorar la calidad de su vida. Para eso, obtienen como base el mismo carburante que utilizamos nosotros en nuestros vehículos pero añadiéndole diferentes aditivos según dicte el equipo, creando un combustible que es un poco más ligero, que añade un poco más de potencia y que tiene un octanaje entre 95 y 102. La FIA, organismo que rige este espectáculo automovilístico, controla a través de muestras cada compuesto de carburante que produce cada escudería, para que respeten las normativas vigentes que se refieren al uso de un combustible propio, pero dentro de unas normas generales, como por ejemplo el hecho de prohibir determinados elementos volátiles que aumenten la potencia del motor.
Para conseguir una carburante que contente al equipo, pueden llegar a probar más de 50 mezclas diferentes a lo largo de la temporada con el objetivo de mejorar el rendimiento del motor acorde al circuito y a las condiciones meteorológicas que se encuentren. Un equipo de Fórmula 1 puede llegar a consumir aproximadamente 200.000 litros de combustible durante un año.