No solo es un tema económico, sino de una serie de argumentos que lo obligan a recapacitar sobre su futuro
España.
No es fácil ser una estrella mundial y vivir a la sombra de alguien a quien, además, admiras. Neymar, de 25 años, llegó a Barcelona ansioso de aprender al lado de Messi, de jugar en el campo en el que tantos brasileños han triunfado, han ganado títulos y que les ha abierto las puertas al Balón de oro.
Neymar ha logrado casi todos los propósitos que se planteó en el Barça. Salvo uno: Ser el número 1. Eso no es ni será posible a corto plazo. Siempre aceptó la jerarquía de Messi y no quiere discutirla. Por eso ha abierto la puerta a escuchar otras ofertas durante todo este verano. Veremos si acaba yéndose, como aseguran desde Brasil. O si acaba quedándose. Hoy tiene medio pie fuera del FC Barcelona.
Messi no es el culpable
¿Es solo Messi la razón de su incomodidad? En absoluto. Messi lo aceptó y lo cuidó pese a la desconfianza inicial. Esa barrera quedó derrumbada gracias a la sumisión del brasileño y la generosidad del argentino. Sin embargo, durante estos cuatro años en los que lleva en el Barcelona, Neymar ha ido acumulando alguna que otra frustración que, unido a su carácter brasileño, extrovertido y abierto a nuevas experiencias, le ha llevado a plantearse su futuro inmediato.
Clan brasileño
Neymar se ha ido quedando sin socios brasileños en el equipo, esos con los que salir, montar fiestas sea dentro o fuera del vestuario, esos con los que congeniaba por su carácter abierto y jaranero. Alves, su puntal que en su fichaje y en su estancia en Barcelona, ya no está; Douglas está de paso, Adriano se ha ido.
Solo queda Rafinha en el equipo. Neymar nunca tuvo problemas con los otros compañeros porque fue de adaptación fácil pero una cosa es llevarse bien y la otra es la atracción que sienten los brasileños entre sí. Congenia con Messi y con Suárez pero hay algo que les separa, o que no les une tanto como lo están el uruguayo y el argentino: Edad, idioma, estado civil, localidad donde vive, hijos, escuela de los hijos, mujeres.
Su intento, o el de su padre, por tener más socios en el club no ha tenido, de momento, éxito esperado. Ni Coutinho parece que va a llegar al Barcelona este verano. Ni Lucas Lima (amigo íntimo y excuñado). Ni la pasada temporada llegó Gabigol (cuñado actual) o Gabriel Jesús. Así pues, ve con envidia el clan brasileño del PSG con Thiago Silva, Alves, Marquinhos, Lucas, Motta… Una garantía de alegría.
La familia
La presión de su entorno familiar también le ha afectado. Destinado a ser un número 1, Neymar solo ha logrado en una ocasión entrenar en el podio del Balón de Oro. Y eso que lleva cuatro temporadas en Europa y ha acumulado 10 títulos. Todos decían que Neymar iba camino de ser el sucesor de Messi pero la realidad es que acaba de cumplir su peor temporada realizadora. Neymar tiene la sensación de que se estanca y precisa de un cambio, una inyección de adrenalina que le permita cambiar la dinámica, un nuevo escenario para dar el salto que todos le piden.
Jugar en el extranjero
Su posición en el campo tampoco ayuda excesivamente. En el Barça se ha convertido en un extremo cuando su posición natural es más centrada, como en Brasil, que le da mayor protagonismo en el juego colectivo, más presencia en el área y más gol. Jugar en un ataque de tres le relega a la esquina porque Messi juega por donde quiere y Suárez pisa más área. Neymar brilla en una esquina y cree que una posición más centrada le permitiría expresarse mejor.
Problemas judiciales
Está, como no, el tema económico y el tema judicial. Desde su fichaje, Neymar ha vivido en el ojo de huracán por la forma en la que fue su traspaso. Juicios, declaraciones, denuncias, demandas que han acabado ensuciando su imagen. Cambiar de aires supondría también acabar con todos este torbellino de titulares que nunca le benefician y que le crean tanta incomodidad.
Ingresos
Y el tema económico no es menos importante. Neymar acaba de renovar por primera vez su contrato desde que llegó en 2013. Ha tenido que esperar tres años y medio para que se le reconocieran sus méritos. Este 2017 ha pasado a doblar su ficha (de 7,5 a 15 millones de euros netos por temporada) pero las comparaciones con Messi acaban siendo siempre un condicionante. Neymar ha renovado y escasos meses después a Messi se le ofrece un contrato que, según las noticias que le llegan al brasileño, triplica el suyo.
El nuevo entrenador
La forma en la que el Barça ha gestionado el verano no deja de afectar también su futuro. Como decíamos, no han llegado compatriotas suyos ni tampoco un entrenador que le puede convencer para quedarse, como hubiera pasado con Sampaoli con quien mantiene una fuerte amistad. El nuevo técnico del Barca, Ernesto Valverde, no le genera animadversión, ni se va por él pero tampoco le obliga a dudar.
Tomado de: Diario Sport