Todos los excesos son malos para la salud, incluso los excesos de cosas buenas
Un abuso del ejercicio físico puede ser igual de perjudicial que la carencia total de este.
Las personas jóvenes que abusan del deporte tienen unas mayores posibilidades de sufrir una baja autoestima, ansiedad y estrés.
Siempre hay que practicar algo de deporte, ya que produce un gran impacto mental y físico, ayudándonos a encontrarnos mucho mejor con nosotros mismos, pero si abusamos de las actividades físicas y llevamos a nuestro cuerpo al límite todos los días puede hacer que este envejezca de forma prematura.
También se puede crear una adicción al ejercicio físico en la que se pueden realizar prácticas deportivas de una forma desmedida, sin tener en cuenta las consecuencias negativas que eso tendrá.
Un reciente estudio publicado en la revista Heart sugieren que hacer demasiado ejercicio de alta intensidad puede aumentar el riesgo de morir de un ataque al corazón.
A pesar de que las bondades de hacer ejercicio son algo palpable, el estudio explica que un exceso del mismo, tanto en intensidad como en duración, puede ser contraproducente para nuestro corazón.
El estudio, realizado por investigadores alemanes, evaluó durante 10 años la frecuencia y la intensidad de la actividad física de más de 1.000 individuos de unos 60 años con enfermedad arterial coronaria estable. El análisis de los resultados determinó que las personas inactivas o que no realizaban ningún tipo de ejercicio tenían el doble de probabilidades de tener un ataque al corazón; sin embargo, las personas que hacían ejercicio a diario y de forma extenuante tenían más del doble de probabilidades de morir por las mismas causas.
Los investigadores explican que la intensidad y la duración del ejercicio parecen ser los factores críticos que determinan su efecto positivo o negativo en nuestra salud, ya que, “se obtienen beneficios cardiovasculares positivos si el ejercicio se realiza en dosis moderadas mientras que estos beneficios se pierden al subir en intensidad y en duración”, afirman Eduard Guasch y Lluís Mont, autores del estudio.