Luis Guifarro sigue ligado al fútbol como entrenador de niños de su propia academia y como comentarista. Un ejemplo a seguir
San Pedro Sula, Cortés.
El fútbol es una de las carreras más cortas en el mundo del deporte. El retiro es el momento más duro en la carrera de muchos. Algunos de los jugadores de la Liga Nacional llegan a tener fama y dinero, pero muchos al final, terminan sin nada. Este no sería el caso de Luis Eduardo Guifarro Pinto, de 41 años.
Luis todavía no colgaba los tacos y ya hilvanaba sus más anhelados sueños: Graduarse universitariamente y tener su propia escuela de fútbol. «Chamaquito», como se le conoce por ser el hijo del técnico Rubén «Chamaco» Guifarro, hizo realidad ambos sueños. Ahora es un exitoso profesional universitarios y dueño de su propia empresa.
«Me gradué como licenciado en Gerencia de Negocios en el 2007. Aproveche mi formación académica y deportiva para pensar en grande, sabia que el futbol es pasajero», dijo el exfutbolista.
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Luis Guifarro debutó con Motagua en 1995 bajo las órdenes del hispano-uruguayo Carlos Jurado Román. Jugó con tres de los equipos denominados grandes: Motagua, Real España y Marathón. Además lo hizo con Universidad y Real Juventud, club con el que se retiró en el 2010. Fue protagonista en 13 finales, de las cuales solo ganó seis títulos.
El «Chamaquito» fue un volante armador, pero el profesor Chelato Uclés lo utilizó como volante mixto en el equipo verdolaga. También fue convocado a la Selección Nacional donde jugó dos Copa Oro, en el 2003 con Edwin Pavón y en 2005 con Chelato.
Actualmente es propietario de la academia de fútbol Chamaco Guifarro donde forma a nuevos valores en este deporte. También es comentarista deportivo en Radio Internacional y pertenece a organizaciones de proyección social en la zona norte.
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Hay un dicho que dice: «El tiempo perdido hasta los santos lo lloran»… pero Luis no perdió el tiempo. Se preparó académicamente, pensando en el futuro de su familia. Con sus padres, hermanos, esposa e hijos disfruta de esos triunfos y éxitos que visualizó en su adolescencia.
Hoy es un hombre que sirve de ejemplo a las nuevas generaciones de futbolistas. Su principal consejo es que «estudien ya que la pelota seguirá rodando en otros pies, pero asegurar nuestro futuro depende de nosotros mismos».