Tras su retiro del fútbol Erick Fú ahora es un exitoso empresario: administra un gimnasio y es agente inmobiliario

Honduras.

Le decían chaira, una lima para afilar machete, que se usa mucho en los campos bananeros. Así bautizó Osmán Madrid a Erick Darío Fú Lanza, cuando este llegó al Olimpia en 1984.

El recio jugador era cosa seria como lateral y volante de contención. Si hablamos de aquel recio jugador apodado «El holandés». Durante su carrera deportiva ganó siete títulos de Liga Nacional, seis de ellos con Olimpia y uno con aquel equipazo del Victoria de 1995, que le «robó» la copa a los albos en su propia guarida.

«Son momentos inolvidables, gané títulos con Olimpia, pero esa copa que levantamos con los ceibeños en el Estadio Nacional fue especial. El Victoria tenía grandes jugadores, y logramos algo que en el papel parecía difícil, arrebatarle el campeonato a los blancos».

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Fu Lanza militó en los equipos Olimpia, Victoria, Marathón y emigró a Holanda llevado por el entrenador Ger Block. Su retiro llegó en el 2001 jugando para la Jaiba brava del Victoria. Con los albos jugó 65 partidos desde el torneo 1987 hasta la temporada 1992-1993, marcando un gol. Además integró la Selección Nacional.

Dejar la cancha nunca ha sido fácil. No obstante Erick Fú una vez que colgó los tacos se transformó en un exitoso empresario. «Administro un gimnasio familiar en San Pedro Sula, y me dedico a bienes raíces. Siempre pensé que algo debía hacer en el futuro una vez retirado del deporte.

Asimismo lamentó la suerte de muchos colegas que han quedado en la calle por circunstancias de la vida. «Los jóvenes de hoy deben pensar qué harán después al colgar los tacos».

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Tranquilo, sereno y pausado para charlar, Erick, a sus 53 años, habló del equipo de todos, la Selección de Honduras que está cuesta arriba en las eliminatorias. «Mientras existan los números hay posibilidades, no todo esta perdido, espero que contra Trinidad se logren los tres puntos y después tratar de vencer a los gringos en casa».

Así es Erick Fú, muy abierto a la plática, como esas barridas que le hacía a los delanteros, no por puro gusto Osmán Madrid le decía » Chaira», o sea lima afilada.