El club está investigado por la UEFA por incumplir el ‘fair play’ financiero y tiene que vender
Lisboa, Portugal
La situación de Iker Casillas en el Oporto está siendo desconcertante. El guardameta español ha sido suplente en los dos últimos encuentros de las Águilas y el técnico Sergio Conceiçao ha confirmado que se trata de una medida técnica. «El comportamiento de Casillas es fantástico y punto. Trabaja y hace lo que le digo», admitió el técnico.
Ahora sale una nueva versión. El País informa este martes de que el Oporto estaría «empujando» a Casillas a abandonar el equipo en el mercado invernal. La causa es que el Oporto está siendo intervenido por la UEFA por incumplir el ‘fair play’ financiero y el club necesita desprenderse de su jugador más caro. El madrileño está rondando los cinco millones de euros brutos por temporada y es el futbolista mejor pagada de la plantilla.
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La versión oficial de su entrenador, Sergio Conceiçao, para mantener a Casillas, de 36 años, en la suplencia después de tres partidos consecutivos es que se trata de una medida “técnica”. Esto implicaría que el portero está jugando mal y, precisamente, esta temporada su eficacia bajo los palos indica todo lo contrario. Dos fuentes vinculadas al Oporto señalan que el cambio en la portería no obedece a motivos deportivos. Añaden que la progresión del español desde que se mudó a Portugal ha sido ascendente y la estadística lo avala. En la temporada 2015-16 Casillas recibió 88 disparos entre los tres palos en Liga y paró 61 (el 68%); en la temporada 2016-17 recibió 73 y paró 57 (78%); y este curso había batido su propio récord de imbatibilidad con más de 500 minutos sin encajar un tanto. En total: 16 tiros en contra y 13 paradas, el 81%.
El Oporto, tal como afirman fuentes vinculadas al club que prefieren el anonimato, está empujando a Casillas hacia la puerta de salida en el próximo mercado, que se abre en diciembre. La razón es presupuestaria. Casillas gana en torno a los cinco millones de euros brutos por curso, de largo el salario más elevado de la plantilla. El club le renovó el contrato el pasado julio porque así se prescribía en una cláusula firmada en 2015 si disputaba un número de partidos determinado en la temporada 2016-17, como así sucedió. Pinto da Costa, el presidente, prolongó el acuerdo por imposición contractual, no por voluntad propia. La situación contable le empujaba a recortar gastos.