El exfutbolista Carlos Báez irá a la cárcel por incitar a la violencia a través de WhatsApp
Paraguay
El exfutbolista Carlos Báez fue condenado a cuatro años y seis meses de cárcel por un delito de incitación a la violencia cuando jugaba con el Cerro Porteño de Paraguay.
La prueba en la que se basó la Fiscalía fue una grabación de Whatsapp emitida por una cadena radial el 27 de agosto de 2014 en la que llamaba a atacar a la hinchada del Olimpia.
«Bueno muchachos, quiero saber cuándo vamos a ir a matar olimperos ahí en Oviedo, estoy podrido de todos esos olimpistas, tengo ganas de reventarle a todos, uno por uno le voy a reventar ahí y como cantan en su musiquita jare, si quieren mano a mano, mano a mano le voy a dar a todito, puerco de mierda, soy Aquiles, por las dudas (sic) «, decía el audio.
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Peritos acústicos analizaron el material y mediante un estudio confirmaron que la voz corresponde a la de Báez Appleyard, cuyo apodo entre los barras era Aquiles.
El fiscal se mostró conforme con la pena porque el hecho atribuido fue probado plenamente en el juicio oral, al cumplirse 9 de los 10 requisitos exigidos en este tipo de casos.
La condena a este jugador sirve de «precedente para que los seguidores de los equipos entiendan la pena a la que se exponen por incitar a la violencia en los eventos deportivos». El exfutbolista fue detenido el pasado 12 de octubre después de que un tribunal lo declarara prófugo de la Justicia en agosto.
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Báez, el año pasado había sido condenado a tres años y medio de cárcel por violar la libertad ambulatoria a la que estaba sometido por agredir a un hincha en 2013 durante un partido ante Nacional.
También fue investigado por promover actos de violencia, lanzando piedras y otros objetos hacia aficionados de Olimpia. Además de participar en riñas callejeras.
Su abogado defensor, Diego Tuma, adelantó que apelará la sentencia al considerar que el juicio fue «un verdadero circo».
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Nacido en Salamanca, España, y nacionalizado paraguayo, Báez -35 años- también jugó en Arsenal en 2008, Cucuta Deportivo de Colombia en 2010 y O’Higgins de Chile en 2011.
Su fanatismo por Cerro Porteño, club en el que se formó y debutó en 2003, le forjó una curiosa decisión: se niega a escribir la letra «O» (por Olimpia, el clásico rival) reemplazando a la misma por una «X». Lo anterior lo puso como ejemplo en su propia empresa de indumentaria a la que bautizó como «Imperix Azulgrana».
