Conquistó su tercera Libertadores de la historia
Buenos Aires, Argentina
Gremio se coronó campeón de la Libertadores y ya es el nuevo rey de América. Un rey fresco y ordenado, que supo brillar y sufrir a partes iguales en Argentina ante Lanús, al que redujo en la primera mitad y al que supo sujetar en la segunda. Gremio jugará el Mundial de Clubes y buena parte de culpa la tienen dos de sus jóvenes prometedores, Arthur y Luan, brillantes ambos cuando la exigencia era la más alta, justo ese momento en el que los excelentes jugadores se distinguen de los simplemente buenos.
Arthur y Luan dieron una verdadera exhibición, cada uno en lo suyo. El mediocentro sujetó por sí sólo a Gremio y mantuvo a raya a Lanús como sólo los centrocampistas de enjundia saben hacer. Una tierra, la brasileña, que dio a pivotes como Mauro Silva o Mazinho ya celebra la aparición de otro ‘5’ con el que dominar los partidos. Ante Lanús se multiplicó en su parcela. Impidió el correcto funcionamiento del rival y fue eficaz con la pelota. Jugó con un aplomo que asusta para su edad. Convirtió la final en su partido, el que manejo cómo y cuándo quiso, hasta que una lesión le hizo salir llorando del campo. Habrá que aguardar para saber si podrá estar en el Mundial de Clubes, el escenario idóneo para seguir haciéndose un nombre.
La presencia de Arthur liberó de paso a Luan. Conviene reservar un apartado al espigado centrocampista de Gremio, ahora mismo uno de los mayores talentos con los que cuenta Brasil. El ‘7’ hizo lo que quiso sobre el césped. Jugó con una agilidad asombrosa, puso aceleración y también pausa, apareció y desapareció hasta hacerle prácticamente indefendible.
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Tampoco Lanús fue lo que se presagiaba. Es más, cometió errores que le condenaron. Uno de Silva, clarísimo, tras un córner a favor del Grana propició el contragolpe del 0-1. Fernandinho, con la idea muy clara desde que robó en el centro del campo, resolvió con una gran carrera y un zurdazo letal que superó a Andrada. El gol hizo tanto daño a los argentinos que lejos de revolverse se encogieron. Así, en pleno baile de Gremio, apareció la figura de Luan para hacer un segundo tanto definitivo, un gol de bandera reservado para los más grandes, precisamente a lo que él apunta. Apenas un tiro de falta que sacó Grohe fue el bagaje de los locales.
Lanús no dio señales de vida hasta verse prácticamente muerto. Entonces sí crecieron Marcone, Lautaro Acosta y Pepe Sand, los mejores futbolistas de este equipo. Hacía falta un gol local que pusiera picante a la final. Y llegó, aunque tarde. El Laucha se filtró en el área y fue derribado por Jailson, que además pudo ver la roja. Sand acortó distancias y recordó a Gremio lo difícil que es ganar este torneo. Le quedaba poco tiempo al encuentro pero se le hizo eterno al cuadro de Renato Gaúcho. Especialmente cuando Ramiro fue expulsado a seis minutos del final. Necesitaba dos goles Lanús para forzar la prórroga y jugaba ante diez, aunque también contra el cronómetro. Esta vez no hubo milagro y Gremio es campeón. Justo campeón. Serio campeón.