El argentino no ha jugado de inicio en los últimos partidos de la Juve y no está lesionado

Turín, Italia

La afición de la Juventus se mostró sorprendida porque Paulo Dybala fue suplente en el último partido ante el Inter. Hay quienes piensan que es asunto táctico o que el técnico Massimiliano Allegri quería que descansara, a saber por qué. Muy pocas personas pensaron que se trataba de un castigo. O mejor dicho, un llamado de atención.

En la victoria de la Juventus ante el Bologna por 3-0, La Joya otra vez estuvo excluido del once titular. Ahora todos sabían el motivo: el bajo nivel, sumado a unas polémicas declaraciones en torno al equipo lo mandaron al banquillo de suplentes.

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El entrenador del equipo de Turín, dejó en claro que no están bien las cosas con el volante. «Cuando estás en un equipo tienes que dejar el «yo» por el «nosotros». Sus cualidades son indiscutibles y él se está encontrando». ¿Será realmente una cuestión de rendimiento? La prensa italiana habla de un roce entre el jugador y el técnico en un entrenamiento.

Además de su bajo nivel, en la Juventus no cayeron bien unas declaraciones de Dybala a la revista France Football. Ahí hablaba de que no podía garantizar su estadía de por vida en el equipo blanquinegro y que extrañaba a jugadores como Paul Pogba y Dani Alves.

En este sentido, el que salió a cruzarlo fue el presidente del club, Giuseppe Marotta, que le dejó un claro mensaje: «El fútbol es un juego de equipo basado en los jugadores como un todo, no en el individuo. Dybala se encuentra en un momento difícil y debe encontrar el equilibrio adecuado entre la persona y el personaje para ser consciente de sí mismo. El momento en el que su mente esté libre podrá volver a ofrecer esas grandes actuaciones que nos mostró en el pasado».

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En medio de todo esto, los rumores de una salida crecen a pasos agigantados. Los principales diarios de Europa informan sobre contactos entre el entorno del jugador y el Real Madrid. Se sabe desde hace tiempo que tanto el Barcelona como el equipo blanco, lo siguen de cerca.

Dybala está muy molesto con la situación. No soporta ir al banco, pero lo acepta. Sabe que no tiene mucho margen para protestar. Además, no sería inteligente generar un conflicto con el club, seis meses antes del Mundial. Su lugar en Rusia 2018 no está asegurado y necesita convencer a Jorge Sampaoli de ser uno de los convocados.