El futuro del francés, que está en su tercer año, depende de la Champions
Madrid, España
Zinedine Zidane se juega el cargo en la eliminatoria del PSG. «Claro, eso está clarísimo», asumió el técnico francés después de la debacle copera ante el Leganés cuando le preguntaron si su futuro depende de ese doble encuentro ante la sensación de Europa. El entrenador del Real Madrid es consciente del banquillo en el que se sienta y, por ese motivo, asegura que sólo vive el día a día.
“Conozco este club y sé lo que es entrenar al Madrid, para lo bueno y lo malo”, confiesa siempre que se le pregunta por su futuro (tiene contrato dos temporadas más, hasta 2020). Sabe que los ocho títulos de diez conquistados al frente del equipo desde enero de 2016 le han dado crédito a ojos de Florentino Pérez, pero poco a poco se va agotando. Tanto que intuye que, si no logra pasar los octavos de Champions y finaliza la temporada con el título, ese crédito acabará por agotarse. Así se lo demuestra la historia.
La inestabilidad que ha sufrido el banquillo del Real Madrid en las dos etapas de Florentino como presidente del Real Madrid es patente. En sus 14 años al frente del club blanco (de 2000 a 2006 y desde 2009) ha contado con 11 técnicos. Ninguno le ha durado más de tres años. Zidane, que inicia ahora ese tercer ejercicio, no sólo debe revertir el abatimiento en el juego del equipo y los grises resultados, sino que debe luchar contra esa especie de ‘Amenaza del Tercer Año’.
Te puede interesar: El enemigo está en casa: Zidane
“Conozco este club y sé lo que es entrenar al Madrid, para lo bueno y lo malo”, confiesa Zidane.
Florentino llegó en 2000 y se encontró en el banquillo con un Del Bosque que acababa de ganar la Champions. Con él, en dos años, once meses y seis días sumó seis títulos (una Champions, dos Ligas, una Intercontinental, una Supercopa de Europa y Supercopa de España), pero tras conquistar la Liga 2002-03 decidió prescindir de un hombre que había estado en el club 35 años. “Buscamos un librillo más avanzado”, fue la explicación del presidente. Desde ese momento, ha contratado a diez entrenadores, unos en las antípodas de otros. Y de todos los estilos y personalidades. El carácter conciliador de Del Bosque dejó paso al “librillo moderno” de Queiroz (273 días en el cargo y cero títulos). De la furia de Camacho (dejó su cargo al mes al no sentirse cómodo en el club) a García Remón (cuatro meses). Del insólito Luxemburgo y aquel cuadrado mágico a López Caro (meses después de darle el cargo, en febrero de 2006, Florentino dimitió por el caos generado).
Ya en la segunda etapa fichó a Pellegrini, triunfador en Villarreal pero con el que nunca tuvo conexión. El Alcorconazo le dejó tocado en octubre y la eliminación en octavos de Champions contra el Lyon le hundió definitivamente. De nada le sirvió haber sumado en Liga el récord de puntos hasta el momento en la historia del club (96). Acabó segundo, tres puntos por detrás del Barça y fue despedido. Le sustituyó por Mourinho, opuesto en carácter y filosofía al chileno. Fue el que más le duró (2010-2013). En tres temporadas en las que Florentino le dio plenos poderes y creó una división entre el madridismo, ganó sólo una Copa, una Liga y una Supercopa de España…
Ancelotti permaneció dos años y no le valió ni ganar la Décima para cumplir su contrato (alzó más títulos que Mourinho: una Champions, una Liga, una Copa, una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes). El penúltimo de la lista fue Benítez, al que contrató “para dar un nuevo impulso”, a pesar de que la plantilla era contraria a la destitución de Carletto. Su nulo feelling con las estrellas del equipo y su derrota ante el Barça (0-4) en el Bernabéu (el estadio comenzó a gritar «¡Florentino, dimisión!») hizo que el presidente firmara su décima sentencia (duró hasta enero). Fue en esa situación de urgencia cuando echó mano de Zidane, que era entrenador del Castilla, y recondujo la marcha del equipo con una mano izquierda que eliminó la crispación e inoculó optimismo hasta alzar la Undécima. Después ganó siete títulos más y entró en el olimpo de los entrenadores del Madrid. Igualó a Molowny en número de títulos y sólo tiene a Miguel Muñoz por delante (alzó 14 de 1960 a 1974).
Puedes leer también: De Gea otra vez en el punto de mira
Pero tras conquistar este verano la Supercopa de Europa ante el United y la Supercopa de España contra el Barça, el Madrid se ha venido abajo, desconocido, y a Zidane se le ha puesto una nube gris. El equipo ha dimitido en Liga, a 19 puntos del Barça; ha fracasado en Copa tras ser eliminado en cuartos por el Leganés después de haber ganado la ida en Butarque (0-1) y se percibe un abatimiento en el equipo que es global, pues ni los titulares están a su mejor nivel ni los suplentes se rebelan para tomar protagonismo.
Ahora, el Madrid y Zidane se lo juegan todo a una carta, la del PSG. El próximo 14 de febrero, los blancos se enfrentan en octavos al efervescente equipo de Unai Emery y la plantilla comenzó a mentalizarse de ello al acabar el encuentro contra el Leganés. Carvajal y Sergio Ramos, que fueron los que salieron a zona mixta, no ocultaron ya que el equipo lo fía todo a la Champions. También el ‘tocado’ Zidane, que sabe que una derrota contra los parisinos le dejaría sentenciado