Mestalla fue el final para Ancelotti y Benítez
Madrid, España
El Madrid visita la boca del lobo en una situación crítica. A 19 puntos del Barça (con un partido menos) y eliminado de la Copa del Rey en su propio estadio, llega a Valencia con el único objetivo de ganar para ir serenando las revueltas aguas que bajan por la Castellana con vistas al trascendental encuentro de Champions que disputará el 14 de febrero ante el PSG en el Bernabéu.
Pero Mestalla no ha sido territorio fácil en los últimos tiempos para los madridistas. Al contrario, ha sido un escenario donde los de Concha Espina se han encogido por el empuje de los locales y su nerviosismo latente y patente.
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Curiosamente, Zidane fue nombrado entrenador el 4 de enero de 2016, tras empatar valencianos y madridistas 2-2 en el primer encuentro del año. Un resultado que a los blancos no les servía para nada, ya que se quedaba a cuatro puntos del Atlético y a dos del Barcelona. Comenzaba a desengancharse de la pelea por el título liguero. Y eso que empezó mandando, pero acabó durmiéndose: lo pagó caro. James e Isco no jugaron ni un solo minuto, Kovacic perdió la cabeza y terminó siendo expulsado, el árbitro, Sánchez Martínez, dejó de señalarle un penalti a Bale.
Al día siguiente, Florentino despedía a Benítez y encontró el relevo en el francés, que ahora nota la presión de los malos resultados… Precisamente el año pasado caía después de tirar el encuentro en los 10 primeros minutos (goles de Zaza y de Orellana). Un gol de Cristiano antes del descanso le insufló aire, pero a la larga se descubrió que fue insuficiente.
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La temporada anterior (2014-2015), Mestalla fue el punto final a una magnífica trayectoria de los madridistas: fueron derrotados después de enlazar 22 encuentros consecutivos sin perder. Se habían adelantado por medio de Cristiano (otra vez), pero Barragán y Otamendi le dieron la vuelta.
Esa tarde, un colérico Florentino Pérez bajó a los vestuarios del coliseo valenciano y, enfurecido, le espetó al técnico Carlo Ancelotti: “Has ido contra mí! ¡Quitar a Bale es ir contra mí!”. Era su manera de protestar por el cambio del jugador galés en el minuto 70 de partido. El galés jugaría como titular los 14 siguientes encuentros, pero la suerte del italiano ya estaba echada.
Pero quizá el encuentro más dramático fue el que protagonizaron el 1 de mayo de 1983. Aquel día ambos equipos jugaron un encuentro a cara o cruz. Era la última jornada del Campeonato. Si el Valencia no ganaba, descendía a Segunda. Si el Madrid era el que no se llevaba los, entonces, dos puntos, perdería el título. Le servía incluso el empate. Un gol de Miguel Tendillo a los 39 minutos dio una agónica victoria a los locales y de paso, la permanencia. Años después, el propio Tendillo dejaría las filas ché para engrosar las madridistas.