El entrenador del Marathón dijo que están haciendo las cosas bien y no hay excusas para que la afición llegue al estadio Yankel Rosenthal

 

 

Por: Selvin Pineda

San Pedro Sula, Honduras

El compartimiento de asistencia a los estadios de los aficionados ha sido muy poca, pero cuando hablamos de un clásico entre Marathón y Real España, ambos invictos, nos imaginamos un estadio Yankel lleno.

Son dos vecinos, son dos rivales, son dos de los protagonistas de los mejores clásicos en Honduras, aquí los partidos entre ambos clubes siempre son peleados de principio a fin.

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Ninguno de los dos quiere perder, siempre quieren ganar, y cuando empatan salen enojados todos y mucho más cuando uno de los dos pierde el derbi sampedrano, vaya rivalidad.

El técnico del Marathón Héctor Vargas desea ver un estadio lleno este sábado, el ‘Monstruo’ regresa a su guarida, a su casa, a su localía y buscará quitarse la pica con los ‘españas’, es un partido de revancha.

“Estamos haciendo todo el esfuerzo posible, no poniendo excusas y comenzando este torneo de la mejor manera, imagino que la gente del Marathón va a venir al estadio para apoyarnos”.

El ‘Monstruo’ quiere descarrilar a una máquina que llega con ganas de triunfar y que de la mano de Martín el “Tato” García no quiere perder como campeón nacional, busca un triunfo en el Yankel.

“Nosotros en casa tenemos que ser siempre fuertes, no podemos dar ventajas a nadie, ellos son los campeones, pero nosotros casi los dejamos fuera en aquella semifinal”, dijo Vargas.

Por su parte el defensa de la zaga verdolaga Johnny Leverón sabe que Real España es un gran equipo y respetan mucho, pero Marathón está en casa y buscará con todo, los tres puntos.

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“Somos locales, vamos a sacar los tres puntos como sea, hemos venido haciendo las cosas bien, solo esperamos la hora del juego para empezar el trabajo que hemos implementando en la semana para ganar”.

Así son los clásicos entre Marathón y Real España, partidos de muerte, partidos luchados, partidos sufridos, veremos qué pasa cuando ruede el balón en el Yankel Rosenthal.