Los culés consiguieron el triunfo antes de medirse al Chelsea
Ipurúa, España
En la misma cancha donde no hace mucho Sevilla cayó por manita, el Barca hoy consiguió el resultado antes de medirse al Chelsea por los octavos de final de la Champions. Era necesario respirar una jornada más y esperar que el Atlético tropiece.
No fue sencillo. El Eibar avisó primero en tres ocasiones de peligro para Marc André. Supieron ahogar al Barca, suprimirlo en ataque por intervalos largos de tiempo. Solo había una solución: Messi.
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Como mago aparece cuando menos se le imagina. No deja que entre el detrimento, justo antes de preguntar por él, aparece en el medio campo y envía un pase de visión magnífica. Suárez le entiende, como siempre, y entró solo, se quitó al portero y para dentro.
Pero el partido se iba a alargar. En el segundo tiempo los blaugrana iban a sudar la gota gorda. De esos duelos que ganan ligas. Ni con la expulsión de Orellana bajaron los brazos. Incluso con Mendilibar removido de la banca por protestar, perdieron el ímpetu.
El segundo gol fue de tranquilidad extrema aunque faltasen pocos minutos. El Barca volvía a abrir la cancha, Messi disparó tras el centro, el arquero tapó pero se quedó corto para el remate de Alba.
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Así continúa el Barca acercándose al campeonato, sin recular aunque haya Champions el martes contra un duro contrincante.