La historia volvió a pesar en la Champions, la Juve remontó al Tottenham en su casa
Londres, Inglaterra
La Champions es para los grandes. La Juventus no era el favorito luego del partido de ida pero sacó, desde el fondo de su orgullo, la casta necesaria para superar la serie ante el Tottenham y en el mítico Wembley, lugar de hazañas como la de hoy.
Tottenham tuvo la iniciativa en la primera parte. Montó un esquema muy adverso para los italianos que sufrieron desde el minuto 1. Son y Kane fueron incisivos ante la meta de Buffon que gestó un partidazo, sin lugar a dudas, uno de los tantos héroes que tuvo la Vecchia Signora en Londres.
No se miraba por donde para los de Allegri, y del otro lado había claridad, buen juego y vértigo. Al minuto 38 se rompió el marcador. La defensiva juventina rechazó un centro, la pelota quedó a merced de Trippier, el lateral vio solo a Son y se la entregó a sus pies, el coreano no tuvo piedad y venció a Buffon.
El estadio explotaba y el partido se encaminaba a favor de los Spurs. Sin embargo, en la segunda parte abandonaron el fútbol ofensivo y subestimaron a un rival que sabe bien como jugar estos partidos, es más, sabe ganarlos sin practicar un gran fútbol.
Juventus comenzó a probar por las bandas y en la derecha, apareció Lichteiner para centrar al área, Barzagli cabeceó hacia a Higuaín que solo la empujó para el empate. El resultado seguía dejando fuera a los visitantes, por lo tanto, era menester otra gran jugada.
Los argentinos tomaron confianza y con el Tottenham aún dormido, el ‘Pipita’ habilitó perfectamente a Paulo Dybala que no se puso nervioso en el mano a mano y la mandó al ángulo del arco. En 4 minutos, Juve remontaba pero todavía quedaba partido.
Los ‘Spurs’ solo así despertaron. El asedio no se hizo esperar, los de Pochettino dispararon al marco, llegaban por las bandas pero se topaban con la Juventus conocida, la del ‘Catenacho’, que defiende con todo y hasta con suerte. Sobre todo en una jugada que Kane cabeceó al poste y la pelota quedó botando sobre la línea de gol.
Antes de que los corazones bianconeros no aguantaran más, el árbitro pitó el final para dar como clasificado a la Juventus que muchos daban por muerta.