El hondureño-estadounidense necesitó nada más dos round para noquear al ghanés Richard Commey
Nueva York, Estados Unidos
El boxeo hondureño vivió una cita histórica en el Madison Square Garden después de que Teófimo López se proclamase nuevo campeón del mundo del peso ligero, versión Federación Internacional (FIB), tras vencer por nocáut técnico en el segundo asalto al ghanés Richard Commey.
López, de 22 años, nacido en Brooklyn, de padres hondureños y abuelo español, mostró desde el inicio de la campana su gran colocación en el centro del cuadrilátero, con un movimiento de piernas excelente, y siempre poniendo el directo de izquierda por delante para luego cruzar la derecha.
Pero sería Commey, de 32 años, que hacía su segunda defensa del título, el que colocó dos buenas derechas a López, quien en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 había representado a Honduras, paíse del que tiene la nacionalidad al igual que la estadounidense.
Se veía que el nuevo campeón estaba listo para hacer una gran pelea, pero además que no durase demasiado y eso fue lo que sucedió después de haber esquivado magistralmente una derecha de Commey que pudo haber sido también decisiva.
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Pero la esgrima de López le salvó y Commey dejó descubierta su guardia para que el nuevo campeón le metiese a la contra una derecha demoledora que el púgil ghanés no pudo asimilar comenzó tambalearse y con la inercia de haber perdido el control se fue de cabeza a la lona.
Se recuperó ligeramente al conseguir levantarse antes de completarse la cuenta de protección, pero López sabía que el rival estaba a su merced y lo recibió con una andanada de golpes de ambas manos hasta que el árbitro de la pelea, el estadounidense David Fields, decidió pararla cuando se llevaba un minuto y 13 segundos del asalto.
De esta manera, López “The Takeover” se convirtió en el primer campeón mundial con sangre hondureña en la historia del boxeo profesional y dejó su marca invicta en 15-0 y 12 triunfos logrados por la vía del nocáut.
Pero además, la victoria también le permitió ganar la eliminatoria que le abre las puertas para enfrentarse al campeón ucraniano Vasiliy Lomachenko, monarca de la Asociación Mundial (AMB), de la Organización Mundial (OMB) del Consejo Mundial (CMB) en pelea unificadora.
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Lomachenko estuvo presente entre los 10.013 espectadores que se dieron cita en el Madison Square Garden para la velada en la que también ganó por nocáut técnico el campeón estadounidense del peso welter Terence Crawford, quien derribó tres veces a su retador el lituano Egidijus Kavaliauskas, y retuvo el título de la OMB.
El rey libra por libra y campeón unificado de peso ligero Lomachenko (14-1, 10 nocáuts), de 31 años, quería observar la pelea y conocer al vencedor -López- con el que se tendrá que enfrentar la próxima primavera.
“Queremos unificar cuatro títulos”, comentó Lomachenko después del combate del nuevo campeón mundial hondureño. “Ahora, López, es un campeón mundial y está en posición de pelear conmigo”.
López y su padre, el entrenador Teofimo López Sr., han reivindicado de forma insistente que el nuevo campeón ha estado siempre listo para enfrentarse a Lomachenko, y ahora parece que tendrán la oportunidad.
“Todos ustedes saben con quién quiero pelear el próximo año, el 2020, que va a ser un gran año. ‘The Takeover’ ha llegado y aún no han visto nada de todo lo que puedo ofrecer”, destacó López.
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El nuevo campeón también, en sus declaraciones sobre el cuadrilátero nada más concluir la pelea, le dedicó el triunfo a su país con el grito de “Honduras, esto es para ti”.
López dijo que gracias a Dios había podido conseguir algo que no dejaba sin palabras, pero que “para el que cree en Dios, cualquier cosa es posible”.
El nuevo campeón del mundo también dijo sentirse “bendecido” tras haber conseguido el primer título mundial y eso deseaba que la gente se diese cuenta que todo puede hacerse realidad si al final se lucha por las metas que uno se propone alcanzar.
López, como siempre lo hace al concluir cada pelea, había celebrado su triunfo con una voltereta hacia atrás. Luego, como lo hizo cuando peleó en la noche del Trofeo Heisman del fútbol americano universitario en el 2018, esta vez se puso la camiseta de LSU del recién coronado ganador del Heisman, el mariscal de campo Joe Burrow.
Mientras que el promotor de Commey, Lou DiBella, reconoció que todos eran conscientes que lo sucedido en el cuadrilátero se podría dar porque López tiene dinamita en sus manos.
DiBella destacó que el ataque de López es muy peligroso y estaba seguro que puede aun mejorar mucho más por lo que considera que tendrá “opciones” cuando se enfrente a Lomachenko. (Tomado de EFE).