Everton envio un comunicado sobre lo sucedido sin decir que el jugador había sido el italiano
Londres, Inglaterra
El Everton inglés se mostró «horrorizado» al conocer que uno de sus jugadores, en referencia indirecta al italiano Moise Kean, dio una fiesta en su casa contraviniendo el confinamiento y las medidas de distanciamiento social impuestos por el gobierno británico para luchar contra la pandemia del nuevo coronavirus.
El Daily Mirror informó que el delantero italiano de 21 años se filmó a sí mismo organizando una fiesta y envió varias grabaciones a un grupo privado de la red social Snapchat, en las que aparecen algunas invitadas bailando. Ahora, se enfrenta a la chance concreta de una sanción de 100.000 libra, cerca de 125 dólares.
Uno de los videos tenía por título «cuarentena limpia». El club inglés publicó un comunicado para expresar su rechazo a lo ocurrido, sin nombrar a Kean, en el día en el que la cifra de fallecidos en el Reino Unido por el COVID-19 superó los 20.000 muertos.
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«El Everton está horrorizado al ser informado del incidente en el que un jugador del primer equipo ignoró las directrices del gobierno y las reglas del club en relación a la crisis del coronavirus», explicó la entidad en el comunicado.
«El club expresa con firmeza su decepción con el jugador y deja claro que este tipo de acciones son completamente inaceptables», añadió el texto sin precisar el nombre del futbolista implicado.
«Los fantásticos trabajadores del NHS (Servicio Nacional de Salud) merecen el mayor de los respetos por su difícil tarea y su sacrificio. El mejor modo de mostrarles respeto res hacer todo lo posible por protegerles», insistió el club.
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El joven Kean llegó al Everton procedente de la Juventus el año pasado, por un monto de traspaso de 27,4 millones de euros. El caso de Kean se une al de otras estrellas de la Premier League que han incumplido las consignas gubernamentales de confinamiento.
El internacional del Manchester City Kyle Walker organizó una fiesta en la que participaron dos prostitutas y el marfileño Serge Aurier y el francés Moussa Sissoko, compañeros en el Tottenham, tuvieron que excusarse por entrenarse juntos.
El entrenador de los Spurs, Jose Mourinho también tuvo que aceptar que sus «acciones no estaban en línea con el protocolo» después de ser fotografiado entrenando en un parque al centrocampista francés Tanguy Ndombele.