Aunque reconoció que lo admira en el plano deportivo, el árbitro de la final de Italia ’90 cargó contra el excapitán argentino: «Afuera de la cancha es desagradable»

Montevideo, Uruguay

El arbitraje de Edgardo Codesal en la final del Mundial 1990 en la que Alemania venció 1-0 a Argentina, todavía continúa en el foco de la polémica. El exreferí dio detalles de ese encuentro  y disparó contra Diego Armando Maradona.

Codesal, que en aquella final fue muy criticado por la sanción de un polémico penal que le permitió al equipo europeo alzar la Copa del Mundo, negó haber perjudicado al seleccionado nacional y destacó que incluso pudo haber expulsado al Diez en dos oportunidades: una de ellas, en la previa del partido.

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«Si yo hubiese aplicado el reglamento, debí mostrarle la roja a Maradona en la parte de los himnos nacionales, por el insulto contra todos los hinchas italianos presentes en el estadio Olímpico de Roma, que silbaron la canción patria argentina por bronca luego de la eliminación en semifinales», afirmó el hombre de 68 años, al recordar que trató de calmarlo y de explicarle lo que estaban jugando.

Es uno de los mejores jugadores del mundo y no lo supo entender», relató el árbitro mexicano.

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El oriundo de Montevideo, que también cuenta con nacionalidad mexicana, reveló que además debió haber mandado a Maradona a los vestuarios luego de sus cuestionamientos por el penal que sancionó. «Maradona se me acercó y me dijo lo sé, es un robo de la FIFA, no quiere que ganemos y te mandaron para esto, y pude expulsarlo también por esto», detalló durante una entrevista con Radio 1010 de Uruguay. «Siempre contemplé lo que era como futbolista, pero como persona es de lo peor que conocí en mi vida», sentenció.

Codesal destacó el nivel futbolístico de Maradona mientras que reprochó su forma de ser fuera del campo de juego. «Era un líder total, transmitía todo dentro del campo. Como jugador, todos mis respetos y admiración. Vi cosas increíbles por parte de él. Como jugador un crack, pero como persona, es una de las peores que haya vistro en mi vida, despreciable», concluyó.