Tras reanudarse la competición en Italia con las semifinales y la final de la Copa Italia, ganada este miércoles por el Nápoles en Roma contra el Juventus, fue el Estadio Olímpico Grande Torino turinés la sede del primer partido de la Serie A «poscoronavirus».

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El Torino lo encaró con una camiseta especial con la escrita «Gracias a nuestros héroes» en el pecho, para mostrar su agradecimiento al cuerpo sanitario nacional por su aportación en la lucha contra el coronavirus.

Y el equipo turinés, que venía de seis derrotas consecutivas y que solo sumaba dos puntos de ventaja sobre el descenso, se adelantó a los 15 minutos con un gran gol de cabeza del camerunés Nicolas N’Koulou a saque de esquina lanzado por el español Alejandro Berenguer.

El exzaguero del Marsella celebró la diana arrodillándose para protestar por la muerte de George Floyd, el afroamericano matado por un policía en Minneápolis (Estados Unidos).

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Pero la ventaja de los locales solo duró un cuarto de hora, pues el Parma, que llegaba a esta cita a tan solo cuatro puntos de la zona europea de la clasificación, igualó gracias al eslovaco Juraj Kucka, con un potente zurdazo desde la frontal del área.

El Torino fue el equipo que más buscó la victoria y tuvo su mejor oportunidad nada más empezar la segunda mitad, pero Andrea Belotti falló un penalti ante el portero Luigi Sepe. Tampoco Simone Edera, con un cabezazo desde cómoda posición, consiguió romper la sequía de victoria de su equipo.

Con este 1-1, el Torino se quedó decimoquinto, con tres puntos de margen sobre la zona roja, y el Parma se situó séptimo, a tres puntos de Europa.