El pequeño ha sido nombrado «Deportista del año» en aquel país por sus éxitos en la piscina
Bosnia
Ismail Zulfic, un niño bosnio de diez años, nació sin brazos pero con un gran talento para los deportes y con la tenacidad que le han hecho un campeón en natación y toda una estrella deportiva en su Bosnia-Herzegovina natal.
Este diciembre fue elegido por el público «Deportista del Año» de Bosnia, en una tradicional votación popular que organiza el diario «Nezavisne novine», al recibir unos 20.000 votos de los lectores.
Tres veces por semana, el joven nadador, que vive en Zenica, en Bosnia central, espera con anhelo que su padre Ismet lo lleve en coche a Sarajevo para su entrenamiento. Para ello, recorren unos 150 kilómetros ida y vuelta. Entrena con el club Spid (Sociedad Deportiva de Inválidos) junto con otros 87 menores con diferentes discapacidades.
ESPIRITU GANADOR
Ismail tiene ya más de 40 medallas de torneos bosnios y regionales, como el oro ganado en 2017 en Zadar (Croacia) en los 50 metros espalda en el campeonato regional para personas con discapacidades, o en los Juegos Internacionales Deportivos de Belgrado Open 2018 el oro en 50 metros espalda y bronce en 50 en estilo libre.
Mientras tanto, gana premios y bate récords en las competiciones bosnias.
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«Me gusta el esquí, el skateboard y el fútbol. Me gustan Ronaldo y (Edin) Dzeko, y soy el hincha del Sarajevo. Pero lo que más me gusta es la natación», explica Ismail a Efe durante un entrenamiento y con más ganas de saltar nuevamente a la piscina que de hablar.
Ismet Zulfic cuenta que en cinco años de entrenamientos su hijo «nunca ha dicho que no quería o no podía».
«Sé que las cosas pueden cambiar en su pubertad. Pero ahora le gusta ser el primero en todo lo que hace, en la natación, fútbol, bicicleta. Y es así hasta que gane una medalla. En cuanto la tenga, propone al entrenador que se vayan a comer helado», señala el padre de Ismail.
MIEDO AL AGUA
Pero la relación con el agua no fue siempre de amor. Después de caer en una piscina de goma cuando era muy pequeño, Ismail pasó varios años con pánico al agua. Pero el encuentro, hace cinco años, con Amel Kapo, entrenador y fundador del club Spid, lo cambió todo.
No era fácil persuadir a Ismail que se reconciliara con la piscina, fue necesaria una larga y amistosa charla y acercamiento.
«Cuando finalmente entró al agua, olvidó los miedos y desde entonces seguimos juntos», cuenta Kapo a Efe.
TODO UNA ESTRELLA EN SU PAÍS
Pronto se convirtió en una estrella de su país, no solo por sus éxitos sino por la superación de su discapacidad. «Para mí Ismail es un superhéroe, como Hulk (un superhéroe ficticio de cómics). Fuerte, a primera vista incluso terrible, pero en su alma una persona magnífica, tierna», señala Kapo.
«El chiquitín que antes era introvertido ahora se ha abierto, sobre todo desde que se mueve entre la gente, desde que lo reconocen», señala el entrenador. Así, logra «de forma genial compensar sus defectos».
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«Ismail es pequeño, apenas tiene diez años, y dentro de dos obtendrá el derecho a participar en las competiciones europeas y mundiales. El nada tan bien que sólo dos segundos se retrasa de la norma senior para el campeonato europeo (para discapacitados)», indica el entrenador.
Kapo considera que el chico tiene grandes capacidades de avanzar y asegura que «todos los expertos que lo han visto lo ven como un futuro campeón mundial paraolímpico». «Solo hay que mantenerlo en esta senda», asegura.
SIN AYUDA PÚBLICA
Al principio Ismail tenía dos entrenamientos por semana, pero su talento y su voluntad exigían más. «Su forma crece con rapidez. Ismail sería mucho mejor si tuviera la oportunidad de entrenar todos los días», asegura Kapo.
Pero la familia del deportista no cuenta con el apoyo financiero de las instituciones públicas de Bosnia, uno de los países más pobres de Europa y conocido por la sangrienta guerra civil que terminó hace 25 años tras dejar unos 100.000 muertos y cientos de miles de heridos y desplazados.
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El padre del pequeño deportista dice que «la natación para él es todo en este mundo, ha cambiado mucho su vida para mejor».
«Sólo yo trabajo en la familia (de cuatro miembros) y sinceramente no sé cómo logramos cubrir siempre los gastos. Eso sí, acudimos con regularidad a los entrenamientos, más que nadie, aunque vivimos mucho más lejos que los otros», cuenta.
BORRAR PREJUICIOS
Los entrenadores de Spid consideran que Ismail está apenas al inicio de lo que podría ser una gran carrera, y lo ven en los Juegos Paraolímpicos de París de 2024 como uno de los favoritos. En el club, los niños entrenan juntos, pero también van juntos al cine o teatro.
«Nuestro objetivo no es sólo formar nadadores sino hacer de los niños miembros igualitarios de la sociedad, gente que en el futuro pueda trabajar, no vivir de ayudas sociales, participar en la construcción del Estado y no depender de él», concluye el entrenador de Ismail.