En la tragedia perdieron la vida nueve personas, incluyendo al astro del baloncesto y su hija
Los Ángeles, Estados Unidos
Ya pasó más de un año de la trágica muerte de Kobe Bryant. La noticia que sacudió a la NBA y al deporte mundial se produjo el 26 de enero de 2020 cuando la leyenda de Los Ángeles Lakers viajaba junto con su hija Gianna y otros siete tripulantes. El helicóptero en el que se trasladaban se estrelló contra una colina en el Sur de California.
En las últimas horas, la Junta Nacional de Transporte de los Estados Unidos brindó un reporte donde explica las conclusiones a las que llegó la investigación del accidente que provocó la muerte de nueve personas, entre las que se encontraba una de las máximas figuras del baloncesto mundial. Según indicó la cadena Fox News, el accidente probablemente fue causado por la “desorientación espacial” del piloto, explicaron funcionarios del ente regulador.
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Es importante recordar que una vez que la aeronave impactó con el suelo, se produjo un incendio: el personal de emergencia respondió, pero se informó que nadie a bordo había sobrevivido. El vuelo partió desde Orange County y tenía que llegar al Mamba Academy, ubicado en El Monte, para un torneo en el que iba a participar el equipo que dirigía Kobe y que tenía a su hija como una de las jugadoras del plantel.
El piloto, identificado como Ara Zobayan y que tenía 10 años de experiencia volando en el área, subió abruptamente antes de inclinarse y sumergirse en la ladera. En su reporte, la NTSB dijo que inicialmente no había señales de falla mecánica y parecía ser un accidente.
Además de la muerte del cinco veces campeón de la NBA con los Lakers y su hija, también perdieron la vida el entrenador de béisbol de Orange Coast College, John Altobelli, su esposa, Keri, y su hija Alyssa; Christina Mauser, quien ayudaba a Kobe a entrenar al equipo de baloncesto de su hija; y Sarah Chester y su hija Payton. Alyssa y Payton eran compañeros de equipo de Gianna.
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La cadena estadounidense también expresó que un funcionario de la Junta Nacional de Transporte dijo que probablemente hubo una mayor presión sobre el piloto para completar el viaje a pesar de las condiciones climáticas complejas y que esa exigencia personal estuvo emparentada a su relación con el cliente. Frente a este escenario, la agencia llegó a la conclusión de que no se agregó nada externo al piloto para realizar el viaje.
“El piloto se enorgullecía de estas posiciones, tanto con el cliente como con Island Express. Tenían una buena relación con el cliente y probablemente no quisieron decepcionarlos al no completar el vuelo. Esta presión autoinducida puede afectar negativamente la toma de decisiones del piloto”, indicó el dirigente.
La NTSB dijo que si bien el control de tráfico aéreo le pidió al piloto que se “identificara” -significa que el piloto puso su mano en el centro del panel de instrumentos y presionó un botón-, el reporte indició que existieron “distracciones operativas de su tarea principal de monitorear los instrumentos de vuelo” desde que perdió la vista en las nubes que se encontraban en la zona.
“El descenso y la aceleración resultantes propiciaron que el piloto experimentara una ilusión sensorial en la que percibiría incorrectamente que el helicóptero ascendía cuando descendía. El helicóptero continuó este descenso empinado. El piloto no tenía referencia de los instrumentos, tenía dificultades para interpretar y no recuperó con éxito el helicóptero”, suma el reporte de la Junta.
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Y agregó: “NTSB también determinó que el piloto voló a través de las nubes en una aparente violación de las regulaciones federales. Volaba bajo las reglas de vuelo visual, lo que significa que necesitaba poder ver a dónde se dirigía”.
Cabe recordar que aquel domingo, el área de Calabasas, en California, estaba totalmente cubierta por la neblina. Es por eso que el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) optó por no hacer volar a su flota de helicópteros cerca del horario en el que Bryant despegó desde el aeropuerto John Wayne.
De todos modos, el piloto contó con una autorización especial para volar llamada VFR (Special Visual Flight Rules, o autorización especial de reglas de vuelo visual especial) y los controladores aéreos le advirtieron en determinado momento que estaba volando “demasiado bajo” poco antes de que el aparato se estrellara, de acuerdo a un audio que ha trascendido.
A un año de la muerte de su esposo y una de sus hijas, Vanessa Bryant reflexionó en su cuenta de Instagram sobre lo ocurrido el año pasado: “Morir está garantizado, pero vivir el resto de tu vida no. Por eso hay que encontrar tu razón. El dolor es un grupo de emociones desordenadas. Un día estás riendo, y al siguiente no sientes ganas de vivir. Hay que encontrar esa razón, aunque sé que es difícil. Miro a mis hijas, y trato de superar ese sentimiento por ellas”.