Los de Unai Emery vencieron a Dinamo por 0-1 gracias al gol de Gerard Moreno. La vuelta será en La Cerámica el próximo jueves

Zagreb, Croacia

Un Villarreal superior sacó adelante su visita a Zagreb en la ida de los cuartos de final de la Liga Europa gracias a un claro penalti transformado por Gerard Moreno poco antes del descanso de un encuentro espeso al inicio, en el que el equipo español necesitó su mejor versión para neutralizar las ganas de Dinamo en una gran segunda parte.

El buen partido defensivo del Villarreal estuvo acompañado del esfuerzo de sus atacantes, que tuvieron siempre en vilo a la defensa rival y que, sobre todo en la segunda parte, jugaron muy cerca de la meta del conjunto local, en la que buscaron incrementar su ventaja con un nuevo tanto.

El Villarreal trató de plantear un encuentro de baja intensidad ante un rival que quería acelerar el juego a partir de una presión intensa, lo que combinó largas posesiones de balón por parte del equipo español a las que los locales daban réplica con mucha garra y aproximaciones peligrosas a la meta defendida por el argentino Gerónimo Rulli.

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Ninguno de los dos equipos daba facilidades en un choque que desde el principio se presentó con las fuerzas muy niveladas y en el que ambos eran conscientes de que el rival les iba a exigir un muy buen rendimiento para sacar con un resultado favorable el primer asalto de esta ronda continental.

A medida que avanzaba el primer tiempo, dio la sensación de que el Villarreal era un conjunto más poderoso que el Dinamo, que a base de cerrar los espacios y sobre todo de mostrarse muy competitivo apenas dejaba maniobrar a los hombres de Unai Emery, lo que propició un primer tiempo sin apenas ocasiones y con un gol anulado al equipo croata por un fuera de juego en un contragolpe.

Cuando el partido parecía abocado a llegar al descanso sin goles, una clara mano de Theophile-Catherine fue castigada con penalti y Gerard Moreno avanzó con un buen lanzamiento a su equipo en el marcador tras 45 minutos de fuerzas niveladas.

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El gol dio tranquilidad al Villarreal de cara a la segunda mitad, en la que el equipo croata tenía que arriesgar, aunque el conjunto castellonense se mostró superior en el control territorial del juego, ya que fue capaz de jugar siempre cerca de la meta rival y limitó las llegadas de su oponente a contragolpe aislados y poco profundos o disparos lejanos.

El Villarreal buscaba un segundo gol que podía resultar letal, sobre todo a través de las penetraciones de Pedraza por la banda izquierda y sin permitir que el Dinamo encontrara con claridad el camino hacia la meta de Rulli. Daba la sensación de que el 0-2 estaba más cerca que el 1-1.

Aunque el equipo español se mostraba seguro en todas sus acciones, la mínima diferencia en el marcador no le permitía jugar con alegría y aunque había maniatado al rival, cualquier descuido podría truncar su esfuerzo.

El partido avanzó hacia su conclusión con apenas acciones reseñables, controlado por los visitantes, pero con un Dinamo algo más ofensivo con el objetivo de rescatar cuanto menos un empate de cara al encuentro de vuelta, pero al que el Villarreal dio réplica a la perfección.