El triunfo en la Eurocopa recompensa en primer lugar su paciente trabajo de reconstrucción, llevado a cabo con el apoyo de varios de sus antiguos compañeros en la Sampdoria
Roma, Italia
Luego del fracaso en la clasificación para el Mundial-2018, el banco de Italia no era un puesto especialmente atractivo para ningún técnico: Roberto Mancini asumió el reto y con ideas nuevas y entusiasmo renovado el seleccionador devolvió a la ‘vida’ a la Nazionale para llevarla este domingo a la cumbre europea.
«Al principio, cuando nos dijo que tuviésemos en mente la idea de conquistar la Eurocopa, pensábamos que estaba loco», admitió esta semana el capitán Giorgio Chiellini, quien vivió en primera persona la humillación del repechaje perdido ante Suecia en noviembre de 2017, privando a Italia del Mundial por primera vez desde 1958.
«Pero es un sueño que poco a poco fue inculcándonos, hasta que se convirtió en una realidad», añadió el central en declaraciones a la UEFA tres días antes de que Italia conquistase este domingo en Wembley la segunda Eurocopa de su historia (1-1, 3-2 en penales ante Inglaterra), después de la de 1968.
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Al frente de una Italia sin grandes estrellas y con Chiellini y su compañero en la zaga Leonardo Bonucci con únicos jugadores con sobrada experiencia internacional, Mancini, de 56 años, ha insuflado una bocanada de aire fresco.
El triunfo en la Eurocopa recompensa en primer lugar su paciente trabajo de reconstrucción, llevado a cabo con el apoyo de varios de sus antiguos compañeros en la Sampdoria, como su ‘casi hermano’ Gianluca Vialli.
En mayo de 2018, eran sin embargo pocos los que se posicionaron para la sucesión de Gian Piero Ventura. Carlo Ancelotti, primera elección, declinó con amabilidad la oferta, y Mancini, entonces técnico de Zenit San Petersburgo y el más motivado para el puesto, asumió el cargo.
«De pocas palabras»
Su primer trabajo fue restaurar la confianza después del fiasco contra Suecia: «Es un hombre de pocas palabras, pero ha creado un buen grupo y ha relanzado lo que había tocado fondo después de 60 años. Con una gran serenidad, transmite calma y confianza», describió entonces Chiellini.
La reconstrucción se calibra en primer lugar por las cifras: sólo dos derrotas (en los primeros meses) en 39 partidos y una serie vigente de 34 partidos sin perder. Batió durante el torneo el récord nacional de Vittorio Pozzo (30, entre 1935 y 1939) y está a uno del récord de España y de Brasil (35 partidos sin perder).
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Antes de ese camino sin mácula en la Eurocopa, la Nazionale ya había realizado una fase de clasificación perfecta (diez victorias en otros tantos partidos), y logró una plaza para la fase final de la Liga de las Naciones que organizará en octubre, ganando además sus tres primeros partidos de clasificación al Mundial-2022.
Pero más allá de los resultados, el antiguo delantero de la Sampdoria y de la Lazio (campeón de Italia con ambos clubes), ha sabido construir un equipo joven y moderno, que dispensa buen trato al balón merced a talentos como Verratti, Jorginho o Barella, y que no titubea a la hora de lanzarse al ataque. Todo ello manteniendo la solvencia defensiva.
Hasta 2026
Mancini no cesó de repetirlo durante la Eurocopa, y de nuevo el sábado la víspera de la final: quiere que sus jugadores se diviertan y que su Nazionale «entretenga».
Impertérrito en la zona técnica, Mancini habla a menudo con sus hombres para situarlos sobre el césped o para aconsejarles un desplazamiento con un simple gesto. Le avalan 20 años de experiencia y varios títulos por todos los sitios por las que pasó (Fiorentina, Lazio, Inter, Manchester City, Galatasaray).
Mancini ha provocado el renacimiento de Italia tirando de 77 jugadores convocados en tres años, 35 de ellos debutantes con la ‘Azzurra’, y otorgando confianza a los jóvenes.
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Él, que lamentó desde su designación la falta de jugadores italianos en los equipos de la Serie A, lanzó a varios jóvenes como Nicolo Zaniolo, convocado en septiembre de 2018 con 19 años cuando ni había debutado en la Serie A.
En un fútbol italiano a menudo hostil con los jóvenes, jugadores como Nicolo Barella o Federico Chiesa, se han reivindicado con el apoyo de Mancini. En la Eurocopa, Manuel Locatelli o Matteo Pessina, son claras apuestas ganadoras del técnico.
Una «promoción Mancini» que el seleccionador seguirá perfilando de cara al Mundial-2022 de Catar: antes incluso de la Eurocopa renovó su contrato hasta 2026. (Tomado de Infobae).