San Pedro Sula, Honduras
El fútbol hondureño vuelve a estar de luto. El exmundialista de España 82, Porfirio Armando Betancourt Cortez, de 63 años, perdió la batalla contra la covid-19, y este día falleció en el Hospital Leonardo Martínez de San Pedro Sula.
El «Cañón» – como se le conoce en Honduras y a nivel internacional, presentaba una grave dificultad respiratoria y su estado era delicado y como consecuencia de la enfermedad, había desarrollado neumonía.
Nacido en La Lima, Cortés, Honduras, el 10 de octubre de 1957, contrajo coronavirus hace un mes al igual que su esposa Dilma Ponce, pero finalmente el exfutbolista, mundialista juvenil en Túnez 1977 y la la selección mayor en España 1982 perdió el partido final de su vida.
Porfirio proviene de una familia futbolera, se padre del mismo nombre (QDDG) y sus títos Evelio y Raúl Betancourt jugaron en el Olimpia y Platense, respectivamente.
Empezó jugando con la selección juvenil de la Escuela Internacional, de donde fue convocado por Rodolfo «Popo» Godoy (QDDG) a la selección juvenil que participó en el premundial de Puerto Rico, rumbo a Túnez 1977. Con la camiseta hondureña anotó 11 goles que ayudaron a clasificar por primera vez a una justa mundialista.
Luego fue tomado en cuenta para la eliminatoria mundialista y clasificó al Mundial de España 82. Terminada su participación en la Madre Patria se convirtió en el primer futbolista hondureño en jugar en la primera división del fútbol de Francia con el Rácing de Estrasburgo, donde participó en 36 partidos. También militó en el Logroñés de España.
Su carrera deportiva empezó con Marathón en la temporada 1977-78, el único equipo en el que jugó en la Liga Nacional de Honduras, siendo un jugador con una pegada magistralmente fuerte, que lo acredito como el Cañón.
Betancourt es el séptimo jugador que fallece de los que estuvieron en la Copa del Mundo de España, anteriormente partieron a la Casa de Dios Domingo Droumond, Francisco Javier Toledo, Roberto Bailey Sargent, José Roberto «Macho» Figueroa, Celso Fredy Güity y José Luis Cruz. A ellos se suma el entrenador Chelato Uclés.
Hoy lloran la partida sin retorno sus cuatro hijos y toda la familia.