Barceloa, España
Una genialidad de Pedro González «Pedri» en el minuto 72 de partido dio este domingo al Barcelona la victoria 1-0 ante el Sevilla, al que arrebata además la segunda posición en la clasificación de LaLiga Santander.
El Barça salió a por el partido desde el inicio, imprimiendo un ritmo endiablado al juego que le permitió llegar una y otra vez a las inmediaciones de Bono.
Pero eso, con el Sevilla, uno de los equipos más sólidos de la competición, no suele ser suficiente. Los andaluces regalaban las bandas mientras tapaban todas las vías de agua por el interior, con Koundé y Diego Carlos imperiales.
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Y el conjunto azulgrana lo probaba sin puntería, con una rosca de Ferran Torres que no encontraba, por poco, la escuadra izquierda de la portería sevillista, otro disparo lejano de Pedri que se marchaba alto, una volea desviada de Jordi Alba y un cabezazo también alto de Frenkie de Jong a centro de Dembélé.
Con un genial Pedri al mano de las operaciones, puso cerco a la meta defendida por Bono, pero le faltaba precisión en los últimos metros.
En el segundo tiempo, Barça era el que seguía dominando el partido, con Pedri gustándose entre líneas y arrancando los aplausos del Camp Nou cada vez que se inventaba una jugada que casi siempre acaba sin rematador.
Pasada la hora de juego llegarían las más claras para el conjunto azulgrana. Bono sacaba un disparo a bocajarro de Ferran Torres tras un pase al primer toque de Dembélé, un cabezazo de Araujo y un disparo de Piqué. El propio Piqué cabeceaba al larguero un córner en la jugada siguiente y Dembélé remataba un balón mordido dentro del área que se marcha fuera por poco. Barça estaba volcado a por la victoria.
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Pero entonces aparecía de nuevo Pedri, para recoger una pelota desde la frontal y volver a parar el tiempo, como en Estambul. Dos fintas, dos amagues, dos pequeños escorzos con su cuerpo menudo bastaban para hacer que dos defensas cayeran desplomados a su paso antes de cambiarse el balón de pierna y cruzarlo con un latigazo seco al palo largo sin que Bono pudiera alcanzarlo.
El golazo de Pedri, a dieciocho minutos para el final, desataba la locura en la grada y también entre sus compañeros, que corrían como locos a abrazar al joven talento canario. Con el Camp Nou entregado a su nuevo ídolo, el Barcelona tuvo el segundo en la enésima conexión entre Dembéle y Ferran que volvía a abortar un sensacional Bono.