Sheffield, Reino Unido
La selección inglesa femenina de fútbol goleó 4-0 a Suecia y alcanzó la final de la Eurocopa que se disputa en su país para soñar con ganar su primer título de la historia después de dos intentos frustrados.
Las chicas dirigidas por Sarina Wiegman, que eliminaron a España en cuartos de final, consiguieron llegar al que para Inglaterra será su tercer partido por llevarse la Eurocopa. Antes, perdieron en 1984, precisamente ante Suecia (en los penaltis), y en 2009 frente a Alemania (6-2).
Los goles de Bethany Mead, Lucia Bronze, Alessia Russo y Francesca Kirby certificaron la superioridad de Inglaterra, que, salvo algunos tramos del partido, casi siempre estuvo por encima de Suecia, mermada por la ausencia de su faro, la veterana Caroline Seger.
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Fuera por lesión en los dos últimos partidos de Suecia, Seger, ya recuperada, inició el choque contra Inglaterra en el banquillo. No estaba para jugar noventa minutos y su entrenador, Peter Gerhardsson, apostó por ella cuando todo estaba casi decidido: salió al terreno de juego en la segunda parte con 2-0 en contra para intentar una remontada que nunca llegó.
Y eso que Suecia empezó bien el duelo. Dominadora y acaparadora de muchas de las ocasiones. Sin embargo, Stina Blackstenius, en dos ocasiones a lo largo de los primeros 20 minutos, no acertó y el combinado escandinavo desaprovechó su oportunidad. Lo pagó caro. En cuanto Inglaterra pudo, acertó y ya no hubo manera de frenar a la anfitriona.
Fue Mead quien pasada la media hora rompió el dominio de las jugadoras suecas tras aprovechar una asistencia de Bronze. Mead, de espaldas a la portería, se orientó la pelota con un gran toque y, de volea, abrió el marcador para su equipo.
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En ese momento, Suecia hincó la rodilla pese a que intentó que no ocurriera. El descanso tampoco trajo nada bueno para las chicas dirigidas por Gerhardsson, que enseguida recibieron el segundo. Esta vez, se intercambiaron los papeles: Mead sacó un córner, Bronze cabeceó la pelota ante la pasividad de la zaga sueca e Inglaterra tomó tierra de por medio.
La salida al terreno de juego de Seger no fue ningún revulsivo y fue Russo, de tacón por debajo de las piernas de la guardameta Ledvig Lindahl, quien sentenció el choque. El cuarto, obra de Kirby con la ayuda de Lindahl, sirvió para desatar la fiesta en el estadio Brammal Lane de Sheffield. Sin embargo, el escenario que espera hacer historia con Inglaterra, será Wembley. Allí se jugará la final el 31 de julio. Alemania o Francia, será el rival del cuadro británico.