Lusail, Qatar
La obra de Lionel Messi en su quinto Mundial dejó una catarata de récords. El astro argentino al fin pudo levantar la Copa del Mundo y logró emular la conquista de Diego Maradona en 1986.
Marcó seis goles para quedar como el segundo máximo anotador del torneo, uno por detrás de Kylian Mbappé. Los últimos dos fueron en la final contra Francia en la que la Albiceleste se impuso el domingo 4-2 por penales tras el empate 3-3 en el tiempo extra.
Se cargó encima a un equipo que quedó golpeado tras sufrir una inesperada derrota 2-1 ante Arabia Saudí en el debut.
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A lo Maradona, por sus genialidades y espíritu combativo frente a los rivales, Messi fue el balaurte argentino de principio a fin en Qatar, convirtiéndose en el primer hombre que un mismo Mundial anota goles en la ronda de grupos y en cada una de las instancias de la fase de eliminación directa.
De entrada en la final, Messi se convirtió en el jugador con más presencia en partidos de la Copa del Mundo al alcanzar los 26 para romper el empate que mantenía con el alemán Lothar Matthäus.
Al llegar a los 23 minutos de la final, Messi también quebró el récord de minutos jugados en mundiales, los 2.216 de Paolo Maldini. El capitán argentino dejó un acumulado de 2.314.
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Messi también cerró su paso por Qatar como el jugador como el único jugador argentino en marcar goles en cuatro mundiales distintos.
Los partidos de Messi se reparten en cinco mundiales, a partir de 2006.
Ha anotado 13 goles en total, empatado con el francés Just Fontaine en el cuarto puesto de la tabla histórica. Y quedó como el máximo goleador de la Albiceleste en los mundiales, dejando atrás los 10 de Gabriel Batistuta.