Inglaterra
El Chelsea de los 330 millones de euros gastados en invierno comenzó con un triste empate en casa. Los «Blues», con Enzo Fernández como titular tras su millonario desembarco en Stamford Bridge, no pasaron del 0-0 ante el Fulham y cada vez ven más lejos los puestos de Liga de Campeones.
Pese a la millonaria inversión en el mes de enero, el Chelsea echó de menos lo que todo apuntaba que iba a echar de menos: un ‘9’. El equipo volvió a adolecer de la presencia arriba de un Kai Havertz que falló dos ocasiones cantadas, una sin portero y otra en el mano a mano, que condenó al empate a un equipo que está a nueve puntos de los puestos de Champions con un partido más.
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Ni la llegada de Enzo, que cuajó un gran partido y estuvo cerca de marcar un golazo en la recta final de encuentro, espoleó a un equipo que tenía a su dueño, el multimillonario Todd Boehly inquieto en la grada, como esperando que el torrente de dinero desparramado por Europa fuera la solución al problema.
Pero el Chelsea, que aún tuvo algún susto en un disparo desde el centro del campo de Mitrovic y en un zapatazo de Pereira desde fuera del área -ambas ocasiones solventadas por un buen Kepa-, vuelve a tropezar. Ya es una única victoria en siete encuentros, una brecha con la Champions muy difícil de deshacer y la duda de si a Boehly le durará mucho la paciencia con Graham Potter. De momento, el dinero no es la solución.