Inglaterra
El empresario finlandés Thomas Zilliacus entró en la carrera para la compra del Manchester United, con un plan en principio con pocas opciones de terminar teniendo éxito y en el que contempla que los hinchas también estén implicados en la propiedad del club.
Thomas Zilliacus fue en su día directivo en la compañía de telefonía Nokia y es un gran apasionado del fútbol, que afirma haber construido su fortuna en el sector tecnológico en Asia.
Este hombre residente en Singapur creó en 1998 el fondo de inversiones Mobile FutureWorks (MFW), especializado en las nuevas tecnologías.
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La sociedad, que no cotiza en bolsa, asegura estar presente en el sector de las redes sociales, los servicios de pagos en líneas, los eSports, los vídeos en línea y en los negocios inmobiliarios. MFW afirma controlar más de 150 sociedades en 20 países de Asia, África y Europa, con un valor total de más de 3.000 millones de dólares.
A sus 69 años se trata del ‘invitado sorpresa’ a la carrera por hacerse con el Manchester United, en la que el Qatar Islamic Bank (QIB) que preside el jeque Jassim Bin Hamad Al Thani y el millonario británico Jim Ratcliffe parecen con más opciones. Sus ofertas alcanzan o superan ligeramente los 5.000 millones de libras (6.112 millones de dólares), mientras que la familia propietaria Glazer estaría aspirando a recibir unos 6.000 millones de libras (7.730 millones de dólares).
Zilliacus no podría acercarse a ofertas tan importantes. Su plan sería más bien adquirir el 50% de las acciones y financiar el resto junto a aficionados de los ‘Red Devils’ «a través de una empresa creada especialmente para ello».
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Este gran aficionado al fútbol llegó a pasar en su día por el centro de formación del Fluminense en Brasil, según la cadena de televisión YLE. Después fue uno de los propietarios del Jokeric, uno de los principales clubes de hockey sobre hielo, y fue también presidente del club de fútbol Helsinki JK.
En Nokia entró a trabajar en 1980 y se convirtió allí en jefe de la comunicación mundial de la empresa, donde trabajó hasta 1993.