Estambul, Turquía
El Inter de Milan tuvo una oportunidad muy clara a los 11 minutos del segundo tiempo de la final de Champions League, luego de una equivocación que casi le cuesta el primer gol del partido.
Phil Foden se la dio a Manuel Akanji, que dejó pasar la pelota pensando que el portero Ederson estaba bien cerca, pero el brasileño se quedó pegado en el arco y ninguno de los dos fue al balón. El que sí se avivó de la situación fue Lautaro Martínez, ganándole la espalda al defensor suizo, y quedó mano a mano con el meta, que finalmente la tapó con el brazo lo que era una clara situación para los italianos.
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La jugada generó la preocupación de los hinchas y también algo cómico fue la reacción de Pep Guardiola. Atento a la jugada, primero se lamentó por el error de su defensa y, acto seguido, implorando para que Inter no abriera la cuenta, se agarró las manos con su cabeza y luego se puso de rodillas en el césped. Y cuando se dio cuenta que el meta brasileño había salvado el tanto, respiró -y se puso de nuevo de pie- algo más aliviado porque el arco de su equipo se mantuvo en cero.
Luego se acercó al público y les hizo el gesto de que apoyaran con fuerza al equipo que logró el histórico triplete.