Milán, Italia
El Inter de Milán perdió el invicto de manera increíble. El equipo lombardo ganaba con justicia en el final del primer tiempo, pero Sassuolo lo dio vuelta en el segundo tiempo y ganó 2-1 en el Giuseppe Meazza.
El líder del calcio quería terminar rápido la faena ante un cuadro que ya lo había complicado hace un par de temporada. Antes de los cinco minutos, el cuadro lombardo consiguió tres tiros de esquina, dato que graficaba la ansiedad de los dirigidos de Simone Inzaghi.
Cuando el partido se iba en la primera parte, Dumfries encontró el camino para abrir la cuenta. El lateral neerlandés había sido uno de los protagonistas en el partido y encontró el gol con un remate bajo y cruzado, instantes antes del descanso.
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El tiempo complementario marcó un cambio de actitud en el dinámico cuadro de Sassuolo. Se atrevió un poco más, adelantó sus líneas y puso en serios aprietos al puntero de la Serie A italiana.
A los 51 minutos, la escuadra Emiliana estuvo muy cerca del empate, pero el cabezazo del zaguero croata Marin Erlic, solo en el área chica, se fue desviado al enfrentar solo al helvético.
Fue un aviso de lo que ocurriría tres minutos más tarde. Bajrami remató fuerte al primer palo y Sommer tocó la pelota, pero tuvo cierta responsabilidad en el 1-1, apenas el segundo gol que recibía Inter en el campeonato.
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La conquista de Sassuolo descompuso al cuadro de Inzaghino, que no encontraba las respuestas para detener el atrevimiento de una escuadra que se agrandó en el segundo tiempo.
Sorpresa que se instaló de manera definitiva en el estadio Giuseppe Meazza cuando Domenico Berardi dio vuelta el marcador. Un remate potente del goleador de I Neroverdi dejó sin reacción al veterano arquero del Inter para poner el impensado 2-1.