Madrid, España
El brasileño Vinícius Júnior declarará este próximo jueves, 5 de octubre, por videoconferencia desde un juzgado de Madrid, en condición de víctima, por los insultos racistas recibidos en el estadio de Mestalla el pasado 21 de mayo.
Esta declaración se ha pospuesto hasta en dos ocasiones, pues inicialmente se fijó para el 28 de septiembre y posteriormente, por encontrarse el futbolista de vacaciones en el extranjero en esa primera fecha, al 5 de octubre.
Vea además: «Canelo» Álvarez vence a Charlo y retiene su corona indiscutida del supermediano
El motivo de este aplazamiento responde únicamente a razones organizativas de los juzgados y no ha sido solicitado ni por el jugador ni por ninguna de las partes, han explicado a EFE fuentes del caso.
Está previsto que el futbolista se conecte por videoconferencia desde un juzgado en Madrid para responder a las cuestiones que plantee la titular del Juzgado de Instrucción número 10 de València, que investiga esta causa, así como las del resto de partes personadas, entre ellas LaLiga, la Real Federación Española de Fútbol y el Real Madrid, como acusaciones, y las de las defensas de los tres jóvenes acusados.
Durante el encuentro de Liga que disputaron el pasado 21 de mayo el Valencia y el Real Madrid en Mestalla, Vinícius denunció haber sufrido insultos racistas por parte de unos aficionados que se encontraban tras la portería y que supuso que el partido estuviera detenido durante varios minutos por este motivo.
Le interesa también: Inter Miami logra empate agónico ante New York City
Los hechos fueron denunciados por la Liga, como ya había realizado en otras ocasiones ante situaciones parecidas vividas por Vinicius y otros jugadores. Además del seguidor al que señaló Vinicius, la Policía identificó a otros dos mediante las grabaciones de las cámaras que puso a su disposición el Valencia CF, que anunció que prohibirá la entrada a Mestalla de por vida a estos tres seguidores. Estos tres aficionados -de entre 18 y 23 años- ya declararon ante la jueza y están investigados en una causa abierta por un supuesto delito de odio.
La Liga, en su condición de acusación particular en esta causa, ha aportado al juzgado un informe pericial de la lectura de los labios de los aficionados procesados con la intención de contradecir lo declarado por éstos, que admitieron los gestos pero negaron cualquier motivación racista en su comportamiento.