Lisboa, Portugal

Dos décadas después, el legado del Superdepór, el mítico equipo del Deportivo de La Coruña que brilló en los 90, perdura en Portugal, donde los hijos de algunas de sus leyendas, como Bebeto, Fran y Rivaldo, siguen los pasos de sus padres.

Mattheus Oliveira, primogénito de Bebeto, se ha consolidado en el Farense; Nico González, hijo de Fran, busca reinventarse en el Oporto, tras toda una carrera en el Barça; y los pequeños de Rivaldo ganan experiencia en las categorías inferiores del Vizela.

Dos de ellos, Mattheus y Nico González, han sido rivales esta temporada en la Liga portuguesa, donde pudieron verse por primera vez e intercambiar las historias que les contaban sus padres, que forjaron una gran amistad durante los años que compartieron en Riazor.

BEBETO MECE LA CUNA

En Dallas (EEUU), el 9 de julio de 1994, Bebeto acababa de marcar el segundo gol de Brasil contra Países Bajos en los cuartos del Mundial que acabaría conquistando la «canarinha».

Mientras lo celebraba, el astro brasileño simuló mecer una cuna con los brazos, un gesto dedicado a su hijo Mattheus, que había nacido dos días antes.

Veintinueve años después, Mattheus Oliveira, que estuvo cerca del Juventus de Turín y despertó el interés del Real Madrid, se ha consolidado en el Farense, de la primera división portuguesa, club en el que milita tras pasar por el Estoril, Vitória de Guimarães y Sporting de Portugal.

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En una entrevista concedida al portal luso Maisfutebol, el centrocampista cuenta que si está con Bebeto por la calle, la gente se le acerca y le pide hacerse una foto haciendo el icónico gesto.

«En Portugal, Brasil, Estados Unidos… vayamos donde vayamos, es así. Ha dejado huella», afirmó. Sin embargo, reveló que ser hijo de una leyenda le supuso «muchas batallas mentales».

«Imagínate para un niño de 10 u 11 años escuchar que estás a cierto nivel sólo porque eres hijo de Bebeto. Tuve que pasar por muchas batallas mentales en mi vida, porque tenía que demostrar más que nadie que merecía estar ahí», comentó.

NICO BUSCA HACERSE UN NOMBRE EN OPORTO

En las cuatro temporadas que estuvo a las órdenes del técnico Javier Irureta, Bebeto fue compañero de Fran, que dedicó toda su vida al Dépor (652 partidos y 64 goles).

Pero la carrera de Nico, también centrocampista como su padre y sobrino de José Ramón Pérez -otro miembro del Dépor en aquella época-, le llevó por La Masía, donde, incluso, llegó al primer equipo del Barça.

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Tras cierta regularidad en el Camp Nou, fue cedido al Valencia, donde una grave lesión condicionó su estancia en Mestalla, y en su regreso al FC Barcelona perdió su sitio en los de Xavi Hernández.

El Oporto decidió ir a por él, dándole la oportunidad de hacerse un nombre y, posiblemente, en el futuro, regresar al Barça, que tiene opción de recompra.

RIVALDO CONFÍA SUS HIJOS AL VIZELA

Rivaldo, que pasó un curso en el club presidido por Lendoiro, ha visitado regularmente el norte luso, donde el Vizela es el nuevo hogar de sus hijos João e Isaque Ferreira. Ambos militan en los sub-19 del equipo, club al que le encanta recibir con los brazos abiertos al campeón del mundo.

En la visita más reciente, en febrero, Rivaldo, en declaraciones divulgadas por el club, se mostró «feliz por la oportunidad que el Vizela está dando» a sus dos hijos.

DEL CLAN CONCEIÇÃO AL LARRAZABAL

Los ex del Dépor no son los únicos con sus hijos brillando en Portugal.

La plantilla del Oporto incluye a Francisco Conceição, que regresó esta temporada a los «dragones» cedido por el Ajax. Su padre es precisamente su entrenador, Sérgio Conceição.

Todos los hijos del técnico y ex internacional portugués se embarcaron en el fútbol: Rodrigo está en el Zúrich suizo, mientras que Sérgio y Moisés militan en el Feirense y el Leixões, respectivamente, ambos en la segunda lusa.

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En el Braga está Rodrigo Zalazar, centrocampista que nació en Albacete, la ciudad donde su padre José Luis se hizo un nombre con el equipo homónimo a principios de los 90. Rodrigo eligió representar a Uruguay y vestir la misma camiseta albiceleste que lució su progenitor.

Y el pasado fin de semana, el campeón Benfica no pudo pasar del empate a 1-1 contra el Casa Pia gracias a un gol del español Gaizka Larrazabal.

Larrazabal es un nombre familiar para los aficionados del Athletic Club, ya que el padre de Gaizka, Aitor, jugó toda su vida en las filas rojiblancas, donde marcó 40 goles en 408 partidos. (Con redacción de EFE).