París, Francia
Sin los goles de Kylian Mbappe pero con las habituales asistencias del marroquí Achraf Hakimi, el París Saint Germain sacó adelante, sin sobresaltos, la visita al Parque de los Príncipes del Montpellier al que ganó con solvencia para instalarse, provisionalmente, en el liderato de la Ligue 1.
A expensas del Niza, que el domingo recibe al Stade Rennes para recuperar la cima de la clasificación, el conjunto de Luis Enrique ya acaricia la posibilidad de apuntalarse como dominador del torneo por primera vez en lo que va de curso.
Por fin da continuidad el nuevo proyecto parisino a la mejoría mostrada en la ligue 1. Concluyó su compromiso de la undécima fecha con su cuarta victoria seguida y ya apunta al viaje a Milan para afrontar un duelo relevante en la Liga de Campeones, donde aún tiene asuntos por definir.
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Fue cómodo su tránsito por el encuentro ante el Montpellier un adversario que bajó pronto los brazos, que no creyó en sus opciones y al que le faltó mordiente. Los parisinos se lucieron. En especial Achraf y también Ousmane Dembele igual que el joven Warren Zaire-emery que, además, marcó igual que Kang In Lee y Vitinha.
Solo diez minutos resistió el cuadro de Michel Der Zakarian incapaz de tapar la autovía creada en la banda derecha del equipo de Luis Enrique. Vía libre para Achraf que centró al área. Kylian Mbappe se inventó una asistencia invisible, al amagar y dejar pasar el balón y Kang In Lee, solo, paró el balón y lo envió a la escuadra.
Cómodo, con todo a favor pudo ampliar su renta en cualquier momento. O con un tiro de Dembelé que detuvo Benjamin Lecomte que se lució más en un intento de Achraf, raso, en la segunda parte.
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A la hora de partido llegó el segundo. Era cuestión de tiempo. En una cómoda pared que terminó con un taconazo de Dembele hacia Warren Zaire-Emery que superó a Lecomte.
Y el tercero, a continuación, en otro pase desde la derecha de Achraf que alcanzó a Vitinha, dentro del área, que tiró raso, pegado al palo, y marcó.
Fue la sentencia de un duelo que empezó a decaer por los cambios, en masa, con la mente local ya puesta en la champions, el ritmo cansino que invadió el partido y la resignación visitante aunque el París Saint Germain pudo obtener un botín mayor. sobre todo por los intentos de Mbappe que se marchó de vacío a pesar de su interés después de cinco encuentros seguidos con gol anotado.