Rio de Janeiro, Brasil
Eran nombres demasiado pesados. Se trataba de un plantel de lujo armado para este escenario. Al final, cumplió con las expectativas. En una final épica en el estadio Maracaná, Fluminense se consagró campeón de la CONMEBOL Copa Libertadores 2023 tras vencer a Boca Juniors por 2 a 1.
De esta manera, el equipo de Río de Janeiro consiguió este trofeo por primera vez y se clasificó en la Copa Mundial de Clubes de la FIFA 2023, a disputarse a partir del 12 de diciembre, en Arabia Saudita. Se enfrentará al vencedor de Al Ahly FC o Al Ittihad FC y Auckland City FC.
En el primer tiempo, Fluminense, undécimo equipo brasileño en ganar la Copa Libertadores, le dio prioridad a sus iniciaciones prolijas, elegantes y fluidez, especialmente a partir de Felipe Melo y Marcelo. El conjunto de Almirón decidió hacer una presión baja, con sus dos delanteros -Merentiel y Cavani- a la espera, casi en mitad de cancha.
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Sin embargo, no pudo generar demasiadas situaciones ni volverse realmente dominante, salvo en la acción de gol de Juan Cano, el gran goleador de esta edición de la Copa Libertadores. El argentino conectó un centro desde la derecha de Keno luego de algunas buenas combinaciones que le dejaron espacio sobre el sector derecho.
Pero el conjunto brasileño no supo mantener el protagonismo y, de a poco, el Xeneize impuso condiciones. Cuando el partido sí se empezaba a dormir, Luis Advínculo apareció con un gol maravilloso pero no nuevo dentro de su repertorio. El peruano cambió la dirección de derecha a izquierda, lo dejaron rematar y sacó un remate bárbaro con su pierna inhábil que cayó justo sobre el palo derecho de Fábio.
En el tiempo suplementario, volvió a pesar la jerarquía. Kennedy aceleró, tomó un rebote de Keno y sacó un remate espectacular. Nada para hacer para Sergio Romero. A partir de ahí, mucha polémica y caos. El autor del gol fue expulsado por festejo indebido, mientras que el colombiano Frank Fabra también vio la roja por una agresión al central Nino.
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La victoria de Fluminense representa una histórica espina desterrada del cuerpo del conjunto carioca, uno de los grandes de Brasil que hasta el momento había fallado en los momentos históricos clave.
Boca, por su parte, no sale campeón desde el 2007, cuando Juan Román Riquelme, ahora su vicepresidente, fue el líder futbolístico de un sueño que hoy parece demasiado lejano.