Rio de Janeiro, Brasil
Los brasileños se despidieron este domingo de Mario Zagallo, fallecido el viernes a los 92 años, único tetracampeón mundial de fútbol y miembro de una generación dorada de la ‘canarinha’.
Vestidos de negro, el amarillo de la selección brasileña o los colores de los clubes donde pasó el jugador y entrenador, un flujo constante de personas desfiló para dar el último adiós a su ataúd, dispuesto en la sede de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) en Río de Janeiro.
Cerca del ataúd se exhibían los cinco trofeos de la Copa Mundial de Brasil, único ganador de cinco coronas.
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Zagallo, reconocido por su brillantez táctica, participó en la victoria de cuatro de los cinco trofeos mundiales que atesora la ‘canarinha’, más que nadie en la historia del fútbol.
«Lobo» Zagallo jugó junto al legendario Pelé en las selecciones de Brasil que ganaron los Mundiales de 1958 y 1962. Luego dirigió al equipo campeón del mundo de 1970 con un Pelé deslumbrante y considerado por muchos el mejor equipo de la historia.
También repitió la hazaña en Estados Unidos 1994, ganando la Copa del Mundo como entrenador asistente de la «Selecao».
«Hizo historia en el fútbol. Es una pérdida tremenda», dijo Eduardo Bandeira de Mello, expresidente del Flamengo, el equipo más popular de Brasil que tuvo a Zagallo como jugador y también como entrenador.
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Otros que presentaron sus respetos fueron el presidente de la CBF, Ednaldo Rodrigues, y el exentrenador de Brasil y actual DT de Flamengo, Tite.
«Fue un ejemplo para todos los brasileños», dijo Claudio Auvarenga, un conductor de 64 años que desde temprano hizo fila para ser uno de los primeros en pasar junto al ataúd a dar sus respeto.
«Puedes andar por todo el mundo, sólo Zagallo tiene un ‘tetra'», destacó a la AFP.