Arabia Saudita
«Me sorprendió mucho ver cosas que ya vi cuando tenía 20 o 21 años. Creía que me encontraría con otras cosas, con nuevas tecnologías, nuevas infraestructuras, pero las cocinas, todo, estaba como parado en el tiempo», dijo Cristiano Ronaldo a finales de 2022 en la famosa entrevista con Piers Morgan que precipitó su salida del Manchester United.
Las frases del astro portugués, dirigidas a un club que lleva más de una década a la deriva, son el reflejo del sentimiento en el que, en los últimos años, se ampara el Manchester United: es un equipo que vive de su pasado y que está anclado en el tiempo.
A cada problema que ha surgido en los tiempos pasados, ya fuera extradeportivo o deportivo, la solución era echar la mirada al pasado y preguntarse «¿qué hubiera hecho Alex Ferguson?». Uno de los últimos ejemplos ocurrió cuando Erik Ten Hag decidió apartar del primer equipo a Jadon Sancho, dejarle en la grada y no permitirle ni entrenar ni siquiera utilizar las dependencias de sus compañeros.
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La respuesta de la prensa y los expertos fue señalar al holandés de la siguiente manera: «Esto nunca hubiera ocurrido con Ferguson».
Esta añoranza del pasado, lógica en cierta parte si se tiene en cuenta que llevan once años sin ganar la Premier League y 16 sin levantar la Champions League, traspasa todos los ámbitos y es palpable incluso en las instalaciones.
Tras la derrota ante el Arsenal, que amenaza con dejar al club fuera de Europa la temporada que viene, se hizo viral una imagen de Old Trafford en la que el techo era incapaz de filtrar el agua de forma adecuada y este caía cual cascada sobre la grada. Para fortuna del club inglés, el partido ya había acabado y apenas quedaban unos aficionados en el estadio para burlarse del mal estado del campo y retratarlo con sus teléfonos.
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Estos desperfectos no han salido a la luz ahora por primera vez. Ya ocurrió hace unos meses, cuando las filtraciones de agua provocaron que algunas partes del estadio se desprendiesen, lo que llevó a Checkatrade, una compañía que conecta a personas que necesitan diferentes servicios, a burlarse de ellos con un mural en un edificio cercano al campo. «¿Tenemos techos con goteras? Sí. ¿Tenemos una defensa con filtraciones? No», pusieron.
Tampoco las leyendas del United se han mantenido en silencio sobre el estado de Old Trafford. Gary Neville, uno de los más críticos con la situación actual del equipo, dijo hace unos años que el estadio está «en ruinas» y criticó lo atrás que se ha quedado el Teatro de los Sueños respecto a sus rivales en la Premier; Manchester City, Tottenham Hotspur, Arsenal y Liverpool tienen estadios más modernos y que han recibido renovaciones más recientes.
La antigüedad de Old Trafford no ha pasado desapercibida para el fútbol y este estadio no alberga una final de la Champions desde la que jugaron Milan y Juventus de Turín en 2003 y, además, se ha quedado fuera de las sedes de la Eurocopa 2028 que se jugará en Inglaterra. El Etihad Stadium de sus vecinos del City sí albergará partidos del torneo continental.
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La entrada de Jim Ratcliffe y su empresa INEOS, que manejan el 27,7 % del United, ha abierto las puertas a una remodelación de Old Trafford. De hecho, el multimillonario británico aboga por la construcción de un nuevo estadio nacional, una especie de réplica de Wembley, que atraiga grandes eventos al norte de Inglaterra, para que estos no se concentren solo en la capital, como ocurre actualmente con las semifinales y final de FA Cup y la final de la Copa de la Liga.
Esta es una opción remota, porque sería una construcción pública, a diferencia de una renovación de Old Trafford o la demolición del campo y la construcción de uno nuevo. Si el United optara por esta opción, necesitaría de un campo en el que jugar mientras se construye el nuevo, siempre y cuando esté ubicado donde el actual Old Trafford, y las alternativas en Mánchester no son amplias.
En los últimos años, el Tottenham acometió la construcción del Tottenham Hotspur Stadium en 2017 y no pudo mudarse a su nuevo campo hasta la primavera de 2019.